Seguramente los artistas del circo Anastasini, esos que empezaron a morir una tarde de sol y moscas en la plaza de Lodosa el 18 de julio de 1936, esperan aún, envueltos en la bruma, el tiempo de volver. Para saldar su historia. Y es que sus cuerpos, fusilados por pistoleros de camisa azul y alma negra, no acabaron de morir del todo. Se dice que los vivos son los despertadores de los muertos, porque no dejamos de recordarlos. Esto le ocurre a Renato Anastasini, que tenía tres años aquel día en que su memoria se quedó en puntos suspensivos. Como esperando el día de vuelta. Y ocurrió. El pasado día 4 en Larraga. De pronto, como por arte de magia de Eme Nieto, aparecieron los hijos de ese Renato Anastasini, -Luciano y Giovanni- y también Coco Kramer, todos ellos artistas de circo y procedentes de Florida. Y desde el Parque de la Memoria, que recuerda a este circo , llamaron a Renato, de 90 años. En Florida amanecía. Renato se puso al teléfono y recordó a los presentes que en aquel c
El blog de Paco Roda