No sé si esta columna se sostiene. La escribo de resaca y sin saber cómo acabará la fiesta final. Pero parece que la derecha, esa que ha agitado el miedo como arma de destrucción masiva , que incluso ella misma se ha dado miedo al destapar sus intimidades más congeladas, está ya a las puertas del INEM solicitando el desempleo político. No sé si lo cobrará en dietas, en diferido o en especies. No sé tampoco como va a gestionar su más que probable desahucio institucional. Hoy, en este día después histórico, esa izquierda heterogénea, variopinta, polivalente y aquejada de cierta artrosis mental durante la campaña, se enfrenta a una sobredosis de responsabilidad sin precedentes. Llega el cambio, el tiempo de la decencia. Eso espero. Pero eso exige pactar, hablar, ceder, negociar, mirarse a los ojos, a los bajos y aparcar prioridades llenas de egos y vanidades. La izquierda ha ganado, sí. Pero ¿a cuanto está el cambio? ¿Qué debe hacer ahora esa izquierda para material
El blog de Paco Roda