Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2020

Poema triste de Madrid

En las fotos de Clemente Bernad no hay rentistas del heroísmo, ni heroínas, ni salas de urgencias convertidas en el paroxismo de la compasión, ni aplausos, ni balcones, ni ventanas abiertas a la melancolía, ni trompetas al silencio, ni epitafios en medio de un circo, ni gentes que enciendan su solidaridad banal, tampoco eslóganes, ni siquiera un pararrayos contra la melancolía. En las fotos de CB solo hay un desafío a la teoría de la gravedad normativizada del confinamiento.  Como instantáneas descuartizadas por una pandemia que bien pudieran servir para ilustrar todas las novelas cienciaficcionistas de J.G. Ballard, desde “El mundo sumergido” a “El mundo de cristal”. Esta es la mirada de un errante en la ciudad donde se hunden las aguas de su tristeza, donde el tiempo pareciera prohibido y que como H. Lawrence parece decirnos: no importa cuantos cielos hayan caído pues tenemos que vivir. Y escuchar aquí las voces de los vivos como si fueran las de los muertos. Esos muertos que lo

A vueltas con los Sanfermines

Foto: Nicolas Ardanaz, Pamplona 1953 Me gustaría no herir a nadie. Porque sé que San Fermín es intocable. La Federación de Peñas pide una Mesa de los Sanfermines ante su incierto presente. Y dicen que no es un asunto prioritario pero sí de suma importancia para la ciudad. En qué quedamos.  Se han suspendido los Juegos Olímpicos, la Liga, las Fallas, la Semana Santa, la Feria de Abril y previsiblemente se suspenderá el Tour. Se ha suspendido el curso para millones de escolares que lo han perdido, millones de fam ilias se ahogan en la desesperanza, cientos de familias en Navarra aún no han hecho el duelo de sus muertos, millones de parados navegan a la deriva sin coberturas económicas suficientes, cientos de empresas han cerrado y se han planteado miles de ERTEs en Navarra mientras la vida se ha puesto cuesta arriba, como si tuviéramos que mirarla de reojo. Los Sanfermines serán importantes para la ciudad, cierto y muy cierto, para unos más que para otros, pero si hay que aprovecha

Vivir a tientas

Bomberos con máscaras respiratorias. Buenos Aires 1925 Dios había vuelto al curro y de nuevo empezó a mover el mundo. Pero entonces no supimos qué hacer con aquella libertad condicional recién conquistada. Con aquellas calles que se volvían a abrir. Y es que cuando dejamos el balcón para bajar a la acera liberada por primera vez desde aquel 13 de marzo, la vida no solo había cambiado, también nosotros habíamos mutado tras meses de hibernación. Y ahora no sabíamos orientarnos en aquel mundo que ya no era el mismo, aunque algunos optimistas por decreto no quisieran reconocerlo. Cientos   de muertos en Navarra nos habían dicho adiós en un tiempo record y muchas familias aguardaban un duelo insatisfecho. Miles de parados se agolpaban en las puertas del SEPE, cientos de pequeños negocios habían echado la persiana, los Sanfermines se habían suspendido, el curso escolar se había perdido, miles de familias pobres abandonaron las madrigueras pero la nueva luz no alumbró sus futuros i

LA INFANCIA SECUESTRADA

Foto: Ernest Cole /Magnum Photos/  Al principio lo pensé, pero me autocensuré. Porque también mi cabeza se confina. Y me convierto en el mejor sicario de mí mismo. Pero lo pensé. ¿Bajo qué principio se puede sacar a un perro a pasear y a cagar y a un niño, a una niña no?. Que alguien me explique ese incomprensible privilegio. Desde el principio, el confinamiento de los menores no ha admitido ni matiz ni discusión. Salvo situaciones relacionadas con la discapacidad, solo hubo alguna corrección al texto del decreto inicial. Y era que un menor pudiera acompañar a un adulto a la compra. Porque claro, nadie pensó que los menores no se pueden quedar solos en casa.  Y lo que veo a diario es que las clases sociales están siendo transverslizadas bestialmente por el confinamiento. Y a la infancia más pobre y más vulnerable, desprotegida, amenazada y que forman parte de esas familias que sobreviven entre la precariedad y la extrema pobreza, pagará un altísimo precio por esta crisis de salu

Viruscracia

Los balcones se han convertido en nuestra libertad condicional, ese lugar donde nos asomamos a la geografía imposible de transitar, desde el que vemos un   barrio desolado pero también socializado. Los balcones son ya la platea de los grandes aplausos, la orquesta de las cacerolas, el lugar donde combatir el aburrimiento y esparcir solidaridades. Los balcones son los respiradores de la nueva reclusión.   Pero los balcones y las ventanas y las rendijas por donde vemos el nuevo mundo silenciado, son también el   observatorio de los delatores, el mirador de esos guardas forestales del nuevo orden vírico. Entrevisillos se esconden   los nuevos guardianes del orden venidero.               Y es que en nombre de la pandemia y su erradicación se ha impuesto un nuevo control del mundo que empieza por el vecino. Como dice Leila Guerriero, vivimos el encierro como un alivio, el control social como un deber y la distancia con el otro como una señal de amor.   Pareciera que en una sociedad

¿Y si no hay Sanfermines?

El confinamiento ha consumado la devastación de la fiesta y la demolición del ocio callejero. Así que puestos a ir más allá, ¿quién no está pensando en la posibilidad de que no se celebren los Sanfermines del 2020 ?. Lo piensa mi vecino que me lo comentó el otro día como una eyaculación de la ansiedad, lo piensa mi jefa, y mi hermano que vive en Barcelona, me lo preguntó aseverando que sí, que si Valencia había caído, el frente norte no iba a ser men os, lo preguntan mis sobrinas, tan sanfermineras ellas y hasta en un grupo de whatsapps muy sanferminero, se lo piensa. Pero nadie se atreve a conciliar la hipótesis con la previsible realidad. Y nadie se atreve a dar el paso, ni palante, ni patrás. El alcalde Maya dijo el otro día que “habrá Sanfermines este año, pero vamos a ver cuando”. Claro, lo dijo el 23 de marzo. Así que el 28 de marzo, alguien tenía las cosas un poco más claras, don Javier Taberna, Presidente de la Cámara de Comercio, dijo: “No veo en absoluto factible que