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Mostrando entradas de febrero 16, 2014

Ciudad

          Aquella ciudad vivía de las rentas de un pasado glorioso. Aparte de sus fiestas sin igual, dicen. En tiempos fue noble, ilustre, leal y no sé cuantas cosas más. Con   esos títulos se comió el mundo y durante algún tiempo se lo puso por montera. Además, por azares de la historia, por su atesorado provincianismo, amor propio   y buena estrella aliada con el destino en lo universal, estaba muy bien considerada en el ranking de ciudades modelo. Lo tenía todo porque en tiempos fue próspera: buena gente, cabezas ilustres, creatividad, rebeldía, naturaleza, ingenio, riqueza, trabajo, mano de obra importada y una ingente cantidad de recursos para ser bien gestionada. En fin, una privilegiada. Y de eso presumía.   De ser la primera en calidad de vida, en renta per capita, en servicios, en zonas verdes, en habitabilidad, en solidaridad, en piscinas por habitante, en bares, en volumen de reciclaje, en sociedades, en donantes de sangre y en no sé cuantos indicadores má