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Mostrando entradas de septiembre, 2020

AUDITORIO BARAÑAIN

No hay excusa que justifique este despropósito. Aunque culpables e intachables busquen la paja en ojo ajeno. Estamos ante un atentado cultural propio de una política venal e irresponsable. Y paga la ciudadanía de Barañain. Y muchas más. Pero esta pandemia lo tapa todo y los hipócritas se refugian en su soberbia. El Auditorio de Barañain se puso en marcha en 2003 tras una agonía de trámites y forcejeos. Desde entonces este espacio que quiso ser referencia cultural de Navarra, no ha levantado cabeza. Ya desde el principio quiso escribir su epitafio. Y es que una vez construido se mantuvo cerrado durante ocho años. Se dijo que no había financiación. Quizás. Pero desde entonces los problemas de titularidad, gestión, financiación, dirección y también laborales, internos y externos lo han convertido en un monstruo amable que se levanta cada mañana para confirmar su defunción. El Auditorio hoy es gestionado por una Fundación cuya presidencia ostenta Navarra Suma. Lo dirige un patrona

IMBATIBLES

T Tu lo ves entrar en la sala de proyección, retorcido, embozado en esa mascarilla que se le antoja el disfraz perfecto en estos tiempos de trágico carnaval, y sabes que este tipo es capaz de desplegar una franqueza que llega a ser indecente. Lo notas desde el principio de “El Drogas”. Sabes que este tipo resentido con el “glam” te ofrecerá un numero de trapecistas ahí arriba sin red ahí abajo. Y así empieza a conquistarte. Con esos primeros compases e imágenes de una música vertiginosa en la que él encontraba todo aquello por lo que valía la pena luchar y vencer. Una música más memorable que memorizable. Lo que ocurre mientras avanza “El Drogas” es que uno mira hacia atrás con vértigo y hacia delante con curiosidad. Lo estuve observando durante la proyección, lo tenía a unas tres filas por delante, y me preguntaba que estaría ocurriendo en esa cabeza mientras observaba su propia vida. Y me dije que tal vez su vida era un sismo que no dejaba de replicarle. Lo noté justo en el momento

Trampas

Le habían dicho que podía pedir una ayuda nueva que había salido, el Ingreso Mínimo Vital. Se lo había comentado un amigo que trabajaba en la Volkswagen. Txus tenía 60 años, esa edad resbaladiza en la que la vida comienza a seguirse por el por espejo retrovisor. Por si acaso. Esa edad en que se disuelven como azúcar la mayoría de planes sin cumplir. Txus llevaba en paro intermitente desde 2008. Acumulaba veinte contratos de mierda; en la construcción, hostelería y limpiezas. Txus era eso que llamamos un precariado que vivía agarrado a su mala estrella. Me preguntó qué era eso del “mínimo vital”. Se lo expliqué a grandes rasgos minimizando lo que los políticos decían: que si “protegerá a millones de hogares”, que “permitirá no dejar a nadie atrás”, o que “sacará de la pobreza extrema a más de un millón de personas”. Le dije que debía solicitarlo a través de la pagina WWW de la Seguridad Social pues las ventanillas en la administración habían desaparecido con una lucidez vertiginosa