A veces con un poco de imaginación generas un estado de opinión. Más aún, un estado de ánimo. Y a mi, el ayuntamiento del valles de Egüés (Navarra) me ha reconfortado con la esperanza. Quizás hasta con la utopía. Este consistorio ha decidido algo que debería ser viral: ha retirado la bandera de Europa del Consistorio y de las diferentes instalaciones municipales como "acto simbólico de repulsa y protesta ante el acuerdo que pretende establecer la Unión Europea con Turquía para la expulsión de refugiados sirios". Ya ven, en este carnaval desprovisto de máscaras, alguien, con un pequeño gesto cargado de simbolismo, te activa la neurona que genera la esperanza. Yo iría más allá. No porque me parezca baladí esta propuesta. Quememos esta bandera estrellada, las miles de banderas europeas que ondean como hijas bastardas del cinismo. Y lo haría en una multitudinaria hoguera-concentración de repulsa. Porque mientras Europa se recrea en el delirio de la norma, la razón, la
El blog de Paco Roda