Foto: Martin Parr Se lo leí a Juan Tallón. Venía a decir que, a veces la columna periodística es tu salvavidas diario. Tenía razón porque cualquiera necesita que lo rescaten a diario. Uno a veces lo compensa con la bebida, otras con lecturas compulsivas de prospectos sobre ansiolíticos y barbitúricos o la ingesta abusiva de pizzas mezcladas con películas Kate Winslet . Sin parar. El otro día me pregunté por qué hacía esto y me dije que había que tener algo de fe, que no era cuestión de acabar así. Que hay que creer que las cosas pueden mejorar si nos restamos a nosotros mismos de la ecuación. Si dejamos de ponernos en medio para medir las dimensiones del mundo. O de cualquier otra cosa. Y me percaté, días después, que no era el único que se fugaba del mundo tirándose por el hueco negro de la realidad. Ocurrió mientras me tomaba un Martini en la terraza del Gure Etxea. Me fijé que una chica leía apasionadamente, lo de
El blog de Paco Roda