Sólo el trato con la gente con la que trabajo a diario, me muestra de manera clara y nítida el perfil de la realidad. El núcleo duro de la existencia. Tal vez, el único contorno de la verdad. Tengo la suerte - o quizás la desgracia- de saber de qué va la vida de la gente más desesperada, de los invisibles, de los apartados, de las instaladas en la periferia, de los que circunvalan la existencia por los polos. Solo ellos y ellas emiten señales de auténtica realidad. El resto el pura ficción. El primer capitalismo nos robó el sudor y la sangre, el segundo inventó el consumo y nos arrebató los sueños de cambiar el mundo y la utopía, y el tercero, el capitalismo de ficción, como lo denomina Verdú, nos ha robado la realidad. El último y gran paso de una civilización cimentada sobre la apología del simulacro permanente. Porque en este nuevo capitalismo solo importa la producción de sensaciones, la fabricación d
El blog de Paco Roda