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Mostrando entradas de octubre, 2014

Los Olvidados

Esta película se olvidó fácil. Es lo que tiene la memoria colectiva, que a veces  afloja. Aunque los ecos resuenen y retumben de por vida. Por Los Olvidados no se olvida. Los críticos , en su día, la auparon a la categoría de obra de arte. Se rodó en México en 1950. Lo hizo Buñuel de la mano de otros exiliados como Max Aub y Juan Larrea que aportaron el diálogo. El guión lo escribió Luis Alcoriza junto a Buñuel. Cuando se estrenó, en México, se armó un enorme revuelo, tanto que casi les cuesta un nuevo exilio a los autores, esta vez desde el  propio México.  Los Olvidados va del maltrato infantil en Mexico, de la marginación de los menores en esta urbe brutal. Pero en general de la marginalidad infantil. Han pasado 64 años y España, este reino en bancarrota, presenta una tasa de desprotección infantil de espanto. Casi tres millones de menores están expuestos a la pobreza. Y no pasa nada, a lo sumo, un personaje llamado Rajoy se limita a pedir perdón por los ruidos que emite la  c

Marca España: un hedor insoportable

España se ha convertido en un lodazal donde se revuelcan desde hace años miles de políticos y empresarios envilecidos. España es una ciénaga inmensa, sin límites, intoxicada por el olor de prácticas políticas caciquiles y clientelares que anclan sus genes en el siglo XIX español. Incluso si me apuran, antes; desde el tiempo de los Austrias y aún más allá. Porque pareciera que esta democracia low cost -que uno duda incluso de su certificado- solo ha servido para aupar y legitimar socialmente a bandoleros, mafiosos y nuevos delincuentes analfabetizados por una codicia sin límites. España es un fangal de difícil control, porque la actual estructura política, económica, así como sus dinámicas y sectores de producción, los equilibrios de poder y las estrategias de reparto del mismo, están infectadas por el relente de años de prebendas, ajustes de cuentas y favores de todo pelaje. España es un barrizal por donde se resbala sin remisión una clase política delincuenciada

Las funamviolistas

Si por un casual, estas tres mujeres, armadas de un violín, una viola y un contrabajo, unas excelentes voces y un potente estado de ánimo, se cruzan en algún escenario de su ciudad, no lo duden. Ni por un instante. Véanlas. La mierda que nos rodea a diario, se diluirá en pura belleza por obra y gracia de estas mujeres que son capaces de convertir la música y la danza en un estado de gracia que usted no dudará en sentir. Tres mujeres cargadas de saber, de delicadeza, de sensibilidad a flor de piel y de un excelente sentido de la creación. Un espectáculo en el que el mundo no se para, se frena en seco porque solo se oye el sonido de deliciosas melodías clásicas acompasadas de expresiones y movimientos que nos liberan del tedio del mundo, ese en el que se suceden muchas cosas pero nada nuevo está a punto de suceder. Las funamviolistas  son cazadoras de instantes servidos en deliciosos golpes de arte y música. 

El foro de Miguel

No es lo mismo un foro que un fuero. Solo es cuestión de letras. Otra cosa es, que al fuero le sobrevenga un ictus gramatical y se quede hecho un foro. Eso casi le pasa el otro día a las siglas de UPN, que fueron a negociar una deuda a la sala de urgencias del Ministerio de Hacienda y casi vuelven clonadas por las mellizas PP. A lo que iba. Al foro. Miguel Sanz ha vuelto. Quizás nunca se fue. El caso es que el león de Corella resurge en el nuevo libro de la selva foral. Sanz ha demostrado ser un buen tipo. Sí, ya lo ven. Todo un campeón de la nostalgia, un melancólico del coto navarro. Él cree que Navarra no se merece este trato. Ese que está en boca de todos: la desforalización del viejo reino a manos de una banda de sátrapas madrileños sin memoria. Y Sanz, valiente él, se echa al monte. Y se monta un Foro con una timba de colegas de alto peso para frenar la deriva suicida de UPN. Sí señor. Ese es mi Sanz. Un tipo dispuesto a inmolarse en nombre de la nueva reconquista

El Deber, un texto de Ludwig Winder

Esta es una novela,  -El Deber- que arranca despacio pero te sube a la montaña rusa en sesenta páginas. Cuando menos te das cuenta, estás metido en la mente de su personaje central. Y ya no podrás salir de de él. Sientes como él, te identificas con él, sabes qué va hacer, porque tu harías lo mismo, y tienes el mismo miedo que él. Porque la vida, su vida, en el caso de vivirla, de haberla vivido así, la habrías resuelto de la misma manera. Esta es la vida de un hombre cortado por la integridad y la eficacia como principios vitales. Pero también la de un hombre que huye de si mismo para encontrarse a sí mismo al final de la novela.   El Deber  ocurre en Praga, en 1939. Los alemanes invaden la antigua Checoslovaquia y el colaboracionismo de su régimen hace tambalear los cimientos de un mundo ordenado y coherente como el de Josef Rada, nuestro protagonista, un funcionario de los ferrocarriles que ve como su vida se interrumpe cuando los nazis secuestran a su hijo. El deber de este

El cinismo de la soledad

Hay un momento crucial en la vida: una voz te indica que ya no vale la pena fingir. Si no la oyes, te harás enteramente responsable de tu mentira. La presidenta Barcina no está en ese momento vital. Más bien pareciera sentirse cómoda en la mentira bastarda que, lejos de asumir, escupe   contra todo lo que le incomoda. En el estado de la nación navarra, aburrido hasta la saciedad, la presidenta rehusó   someterse siquiera un instante al polígrafo de la verdad. Haciendo gala   de su terminal vanidad,   se enrocó   en su papel de víctima. Sabedora que la víctima tiene un enorme poder de dominación,   intentó defenderse   como pudo: utilizando su habitual estado de gracia, ese que usa con dureza para cuidar su amor propio. Pura ficción de saldo. De todas formas, en la sesión parlamentaria, nadie provocó   que su músculo de la vergüenza se agitara. Todos merodearon alrededor de la mierda en que andamos metidos. Pero la presidenta en ese territorio se maneja. En el   territorio del disf

De líos y enredos

El expresidente del Gobierno Foral,  Miguel Sanz,  anda inquieto con la actual deriva del partido que un día dirigió. Unión del Pueblo Navarro se ha "pepenizado" con rotundidad y de ahí que quiera echar un órdago a la actual presidenta Yolanda Barcina. Llamarla al orden, al viejo orden foral que tan buenos resultados ha dado a toda una casta de mandarines navarros aún por descubrir. Ve como el proyecto que un día quiso garantizar la eternidad a la derecha más reaccionaria de buena parte de Europa, se va a pique de la mano de otra derecha que ya supera los límites del cinismo más bastardo. ¿Sanz anda montando un chiringuito al margen de UPN? No lo sabemos. Aunque lo intuimos. Él dice que todo a las claras. Veremos. De momento un grupo de castizos navarros fieles a las esencias del foralismo más rentable está tratando de generar presión y opinión. UPN acumula pérdida de credibilidad y no es nada seguro que su apuesta, tal y como está actualmente la plantilla gerencial

¿ Te amé alguna vez?

 ¿Te necesité alguna vez?  ¿Luché alguna vez contra ti?  ¿Te deseé alguna vez?  ¿Te abandoné alguna vez?  ¿Tuve acaso oportunidad de hacerlo?  ¿O aún permanecemos yaciendo Sobre esa antigua mesa?  ¿Fue lo nuestro sólido alguna vez?  ¿Terminó alguna vez?  ¿Y sigue aun lloviendo Otra vez en noviembre?  Los limoneros florecen, Los almendros se marchitan.  ¿Fui alguna vez alguien Que pudiera amarte para siempre?  ¿Te amé alguna vez?  ¿De verdad importa?  ¿Luché alguna vez contra ti?  No tienes por qué responder.  ¿Te abandoné alguna vez?  ¿Tuve acaso oportunidad de hacerlo?  ¿O aún permanecemos yaciendo Sobre esa antigua mesa?  Si pueden oigan esto después de leerlo detenidamente, de enfangarse de dulzura y de amor, ese palabro decadente pero absolutamente necesario.  Se harán un favor. Es una canción de Leonard Cohen de su ultimo disco, Popular problems. Es la canción, o un poema, de  un octogenario hablándole a la poesía, cara a cara, a la vida, delante de

Codicia sin límites

El escritor y dramaturgo sueco August Strindberg (Estocolmo 1849-1912) soltó en cierta ocasión una frase lapidaria de esas que podrían figurar en la escala más grave de los fogonazos de la lucidez. Una frase que hoy podría representar el epitafio de la degradación moral y política del reino de España y su clase gobernante. Dijo que " la sociedad es un manicomio cuyos guardianes son los funcionarios de la política". Uno asiste,  entre desangrado y enloquecido por la leucemia social que padecemos,  al matadero que dirige el PP en nombre del sacrificio austericida. Uno ve, o ya no ve, porque hay muchas sombras que hielan la sangre, la inmolación diaria de gentes arrojadas a la desesperación. El gobierno del PP santifica cada decisión contaminada por la mentira, la degradación y la ignominia. Uno ya apenas se inmuta, no por falta de ganas, sino porque nos han traicionado  los ángeles de la sensatez. Esos que quizás un día vuelvan con las espadas afiladas para vengar el pavor

Liquidación por reforma

A quel 5 de mayo de 1879 el sol calentaba la sesera de los obreros que trabajaban al lado de la madrileña Casa Cambra. Tres días antes, Pablo Iglesias había fundado allí el PSOE y estaba eufórico.  El gallego , como le conocían, tenía 29 años y unas enormes ganas de cambiar el mundo. Lo primero que hizo ese día fue llamar a dos afiliadas que pretendían liderar el socialismo navarro. María Chivite y Amanda Acedo se pusieron nerviosas ante la llamada del Secretario. Viajaron a Madrid. El Secretario, curtido en la militancia más austera, quería verificar el cambio que pretendía el socialismo navarro tras la mala prensa y peores cosechas de los últimos años. Iglesias se extrañó ante la delicada elegancia de Chivite, a quien tanteó su conocimiento sobre las luchas recientes dentro de la Primera Internacional entre los partidarios de Bakunin y los de Marx, por los que él había tomado partido. Chivite no supo responder ante la extrañeza del líder socialista. En ese instante, Amanda Acedo

Edelweiss y la lucha de clases en los Alpes

   He aquí una reflexión fresca.  Y también necesaria. ¿Es posible el discurso marxista en el ámbito de la montaña y de la escalada? ¿Es posible analizar la triada  ocio-deporte-consumo  y lo que genera éste en el contexto de  las montañas, sean éstas altas o bajas? ¿Es posible una crítica al actual modelo deportivo en torno a las montañas? Pirineos, Alpes, Dolomitas, Himalaya se llenan de practicantes de un deporte que genera pasiones, dinero, pautas de consumo y actividad desenfrenada muy ligada a las pautas de turismo activo en nombre de un individualismo sin medida. Y también genera estrategias  de sostenibilidad de necesaria reflexión. Ir a las montañas se ha convertido en una pauta inscrita en la agenda semanal de millones de personas del mundo occidental. Esta reflexión publicada en Le Monde Diplomatique   (edición España, agosto de 2014) se sirve de la historia de la enigmática Edelweiss y su relación con las montañas suizas y sus habitantes, pero nos lleva a otro territor

Byung-Chul, el nuevo Fukuyama

En una reciente columna de opinión de El País , el filósofo alemán de origen coreano Byung-Chul Han se preguntaba lo siguiente: "¿Por qué el régimen de dominación neoliberal es tan estable? ¿Por qué hay tan poca resistencia? ¿Por qué toda resistencia se desvanece tan rápido? ¿Por qué ya no es posible la revolución a pesar del creciente abismo entre ricos y pobres?" Y se contestaba:  "Para explicar esto es necesario una comprensión adecuada de cómo funcionan hoy el poder y la dominación".  Byung-Chul va a publicar en España -en breve-  un texto titulado Psicopolítica  y con ello enmarca la actual dominación política sobre la ciudadanía  que ya anunciara Foucault en  La volonté du savoir , el primer volumen de su  Histoire de la sexualité .  El francés rebelde se refería con el concepto a la práctica de los estados   modernos de "explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar los cuerpos y controlar a la población".  Así que la novedad de la ref