Esa ministra con nombre de virgen y apellido recortado nos pide ir de chivatos por la vida. Al parecer ella y su ministerio de Trabajo, fascinados por esa vieja práctica de la delación, que han travestido de colaboración ciudadana al servicio de la solidaridad con un Estado en ruinas, han colgado de Internet un buzón para denunciar a nuestros vecinos en paro que no se lo merezcan. Vamos que hagan trampas. Dos cuestiones: las autoridades deben hacer su trabajo. Delatar a alguien no es de recibo. Menos a quien quiere completar su sueldo por otro lado robado en nombre de la crisis. Y otra: este es un nuevo paso para incrementar la estigmatización y la criminalización de la ciudadanía menos favorecida. No digo que haya que hacer trampas ni las justifico. Pero ese Ministerio y otros podían emplearse a fondo con banqueros, usureros, traficantes, evasores de impuestos, princesas, reyes cazadores, extorsionadores del Estado y demás fauna política que rumía desfalcos en nombre y al amparo
El blog de Paco Roda