Este título se lo he robado a un amigo. Quizás les sorprenda. A colegas de profesión, quizás les resulte insultante o vehemente. Pero a los pobres, a las precarias, a los desempleados, a los inmigrantes, a los negros y demás colectivos que llamamos sin pudor alguno “desestructurados”, quizás no tanto. Y es que quienes nos dedicamos a eso tan atrevido como es la “intervención social” llevamos tiempo colaborando con este entretenimiento que desactiva toda insurgencia. Porque llevamos tiempo gestionando la pobreza como buenos guardianes del orden neoliberal. Quienes trabajamos en los Servicios Sociales no tenemos el reconocimiento que tienen los médicos, los bomberos, las enfermeras o las docentes. Más bien no lo tenemos; ni social ni político. Pero lo buscamos. Muchas veces en la niebla. Y así nos va. De esta profesión se sospecha por intrusiva, fiscalizadora o poco empírica. Sospechan sobre todo nuestros usuarios a los que no nos atrevemos a llamar ciudadanos a secas. Porq
El blog de Paco Roda