A estas alturas ustedes ya saben lo que nos espera. Otras elecciones o un pacto trampa. Y me pregunto si existe algo más rastrero que fracasar a la hora de matarse, ese extraño vicio hecho arte por una izquierda que no podrá gobernar si no es desahuciándose a sí misma. Tampoco la derecha y la ultraderecha unidas jamás serán ungidas. Pero sienten el vértigo de caer hacia arriba. Los nacionalismos, pese a la demonización, ganan terreno y sin ellos no hay investidura. Pero tras la sentencia, Sánchez no tendrá ningún voto independentista. Y ni siquiera una sopa de letras indigesta alcanzaría los 176 escaños. Así que se adivinan nuevas lógicas subvertidas. La principal, que el PSOE se inmole en el altar de la traición y pacte un acuerdo de Estado con el PP para cerrar el costurón independentista a sabiendas que la sinceridad se ha hecho imposible. Ese acuerdo se estaría fraguando por dos razones. Una, porque ese Frente Constitucional Antiindependentista sería el mejor instrumento de
El blog de Paco Roda