Ha tenido que bramar el poder de la izquierda posible para que el poder real se pusiera en posición de prevengan armas. Y es que pareciera a lo largo de esta travesía de la resignación, el tiempo real de la política se hubiera encasquillado en las alcantarillas del conformismo por decreto. Pareciera que, pese a la sofocante presión sobre las vidas reales de la gente, sobre sus sueldos, sus pensiones, sus servicios públicos presurizados, sus paros y desempleos usurpados, sus conquistas sociales y personales, sus empleos precarizados, sus presentes y su siempre cuestionable felicidad, la población hubiera dado por bueno su degüello social de la mano de la imposibilidad de hacer girar el eje de la tierra. Se impone la Troika bastarda, la deuda falsamente creada y la entrada al matadero de la desesperación a cambio de haber vivido por encima de las posibilidades, nos dicen. Pero siempre hay una chispa incontrolada que incendia las conciencias estafadas y cansadas que las somete a u
El blog de Paco Roda