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Mostrando entradas de febrero 1, 2013

¿Qué nos queda?

Suenan los acordes estremecedores de la Tercera Sinfonía  de Góreki. Llamada también de las  Canciones Dolientes  o de  Las lamentaciones . Todo un monumento al dolor. En una cárcel de la Gestapo, en Polonia, una niña de 18 años dejó escrito con sus uñas, antes de ser ejecutada lo siguiente:  "Mamá, mamá... No llores por mí". El compositor compuso esta obra maestra y lo hizo para la eternidad sonora, esa en la que los lamentos solo pueden encontrar el equilibrio y el consuelo deseados.                    Oigo la radio, leo los periódicos y me entran ganas de llorar y de vomitar abiertamente sobre los viles e ignominiosos raptores de nuestras vidas.  Sobre los corruptos protegidos por la mentira oficial. Sobre los mercenarios de la indecencia política y social. Nada queda ya. O casi nada que decir. Tampoco oír. Todo será negado. No tres veces, sino las que hagan falta para justificar  la vida en este fango si es preciso. Oigo a Góreki y siento el laxante de