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Mostrando entradas de marzo, 2015

Primavera

Puede que el mundo haya entrado en bancarrota. Tal vez. El tipo que hizo este perro mundo se cree un dios. Yo en su lugar me hubiera avergonzado, pero él insiste en reclamar la exclusiva gloriosa de este invento que hace aguas por los cuatro costados. No obstante   pequeñas briznas de esperanza han surgido en un universo donde los sueños de uno mismo se pueden cumplir un número infinito de veces. Estos días de abril, los magnolios de los huertos farnesianos del antiguo foro romano brillan más que nunca. Pero sin ir tan lejos, aquí mismo, en el mercado viejo de toda la vida, algunos puestos muestran ya   las verduras de temporada más exquisitas. Y es que mientras la tierra siga ofreciendo ciertos frutos, el Apocalipsis aún puede esperar. También en el pecho de muchas adolescentes se está fraguando una gran revolución: una burbuja incontrolada de aire fresco    recorre la línea del diafragma   hasta llegar al músculo de las emociones. Una vez allí, el aire comprimido explota y   se  

Un informe que escuece

Foto: Diario de Noticias P arece ser que la pobreza solo escuece en tiempo de votos o de vigilia. Y es que, aunque no lo parezca, en Navarra hay 30.000 personas en situación de pobreza severa. Lo dice la UPNA tras un informe sobre el impacto social de la crisis. Pero al consejero Alli, este dato, más que inquietarle, parece importunarle. Porque lejos de admitir la realidad, que es la que es, se revuelve contra quienes anuncian y denuncian un escenario de vergüenza social. Más aún, el consejero arremete contra la UPNA a la que acusa de “opiniones partidistas y sin ningún rigor argumental”. ¿Por qué se enfada el consejero? Pues porque la UPNA comprueba que la Estrategia de Inclusión Social, elaborada desde el Departamento de Políticas Sociales, por muy consensuada que esté, está vacía de contenido. Verá usted, esto solo se puede decir con datos en la mano. Y lo que se prueba es que esa estrategia no ha logrado reducir la desigualdad y la pobreza en nuestra sociedad, sino que

¿Deflación sindical?

 Nunca como hoy los sindicatos han sido tan necesarios, pero nunca como hoy fueron tan cuestionados. ¿Tienen que reinventarse? ¿Sirven hoy para lo que sirvieron ayer? ¿Mantienen la legitimidad social de antaño? ¿Tienen capacidad para reinventar nuevas luchas obreras? ¿Ocupan todavía un lugar entre los sujetos sociales? Son preguntas fáciles de formular pero difíciles de responder. No son asépticas. Porque, al margen de la oportunidad de su formulación, son introducidas en el discurso social de manera intencionada por los grupos de presión mediáticos y creadores de opinión para abrir una grieta ideológica en el mundo del trabajo, sus regulaciones y los sujetos que tradicionalmente han servido de mediación: los sindicatos, organizaciones históricas que hoy están sometidos al mayor linchamiento mediático jamás conocido. Ya lo dijo Esperanza Aguirre ante la huelga general de 2012: “Estos sindicatos caerán como el muro de Berlín” Es cierto que los sindicatos, concebidos y const

Del derecho, a la limosna

Dicen que la crisis, o el negativo de la crisis, nos ha vuelto más solidarios. Incluso que la crisis ha sido positiva para activar nuestro yo más recóndito. Y que a más crisis, más solidaridad colectiva. Y eso se celebra. Como un triunfo de nuestros  yoes  militantes y comprometidos a falta de un Estado Social dormido o huido de sí mismo. Verán, yo tengo mis dudas sobre todo este movimiento centrípeto de solidaridades: comedores sociales, huchas, bancos de alimentos, maratones y gincanas solidarias, roperos, etc. Creo que con las mejores intenciones personales se está reforzando un nuevo estado asistencialista y alternativo de protección social amparado en la indulgente caridad privada. Me dirán que no puede ser de otra forma. Porque la administración pública se llama andana y deja a sus súbditos, que no ciudadanos de derechos, al pairo o la bondad del prójimo. No sé si esta es la única salida, pero no creo en esta solidaridad emocional y caritativa. Es más, la veo muy peligro

El inconformista y la garantía

Foto: Diario de Navarra UPN, el partido de gobierno de Navarra, escorado desde hace años a la derecha de dios padre en su versión más radical, ha empezado la campaña electoral. En los autobuses de la ciudad se pueden ya ver algunos de sus eslóganes para estas elecciones venideras. Uno es UPN: garantía de Navarra , el otro presenta una foto del candidato  Esparza con el lema "el inconformista" . No sé quien diseña sus eslóganes. Sin duda no es George Lakoff. Uno piensa que tal vez un experto en en contradicciones en sus términos, versión oxímoron político. Me gustaría saber si el Sr. Esparza será inconformista consigo mismo.  En ese caso dejará de ser garantía de Navarra. Con su partido, en cuyo caso deberá ser expulsado. Inconformista con la oposición, en cuyo caso no garantizará la garantía que predica su partido. Con Navarra, así, a palo seco, en cuyo caso pone en riesgo la estabilidad deseada y predicada por su partido. En fin, ya ven que garantía e inconformismo no

Moneda falsa

C uando en diciembre de 2014, Luis de Guindos firmó la autorización a la Casa de la Moneda para emitir una moneda de oro de 200 euros con el rostro del rey Felipe VI bajo el lema “70 años de paz”, no se lo pensó dos veces, firmó y punto. Luis de Guindos no tiene memoria. Y si la tiene, no suele usarla. Salvo para recordarle a los griegos algunas deudas envenenadas. Y es que esa moneda puesta en circulación para coleccionistas con la que se quiere conmemorar el final de la Segunda Guerra Mundial es una reedición memorística de los 25 años de paz franquistas “celebrados” en 1964 en un intentó de cerrar en falso una fosa sangrante de la historia española. Traiciones de la memoria. Pero quizás, las críticas a esta emisión monetaria se la traiga al pairo al ministro, a sus secretarios, al director de la Casa de la Moneda y al sursuncorda. A estas alturas del  rajoyato , sacarle los colores al gobierno por una decisión así cotiza poco. Pero dice mucho de cómo siente esta gente, có

Los años

A ciertas alturas de la vida, la edad se convierte en una tara. Todavía no me pasa, pero tengo conocidos que se someten a intensas sesiones de psicoterapia y luego se machacan en el gimnasio. Y es que, a partir de cierto momento, cumplir años es juzgado como un lastre que deberíamos eliminar de nuestro rostro. Conozco gente que sucumbe ante el primer verdugo de   la mañana, el espejo, ese tribunal sin piedad que cada día nos condena como portadores de una adición vergonzosa. Esta época adolescente no concibe cumplir años como un valor añadido, sino como una forma devaluada de estar en el mundo. Porque almacenar años se ha convertido en un fracaso anticipado. En un naufragio personal. Y el mundo del trabajo es un reflejo de ello. Tener más de 40 primaveras   es ser portador de un cúmulo de sospechas. Por eso, negar la edad real se ha convertido en un ejercicio redentor. Y de eso saben mucho ciertas empresas   animadoras del cuerpo y del alma que hacen su agosto alrededor de los años

Nos quedaba Osasuna

Nos quedaba Osasuna. Pero resultó un engaño más de este capitalismo de ficción construido para fascinarnos, seducirnos y convidarnos a una sesión de bienestar ficticio. Les confieso una cosa. No tengo ni puta idea de fútbol. He estado en El Sadar solo una vez. El 2 de octubre de 1985. Osasuna jugaba el partido de vuelta de la primera eliminatoria de la Copa UEFA contra el Glasgow Rangers. Osasuna ganó dos a cero. Con goles de Rípodas y Martín. Fui a ese partido con uno de mis mejores amigos que todavía conservo, un inglés honorable de Cornualles forofo del Athletic. De él he aprendido lo poco que sé de este deporte. Así que les cuento lo que me provoca este paseillo de rojillos en busca de una excusa perfecta. Nos quedaba Osasuna como banderín de enganche ideológico y aparato de contraprogramación contra todo: ETA, los vascos, el desempleo, la crisis, la corrupción y hasta la Can, patrocinadora del espectáculo futbolero en su día. Porque Osasuna ha sido también algo más que un clu

La pena

Vizcay, ex gerente de Osasuna. Foto: Naiz Vean a este hombre abatido. Tumbado sobre la sombra de sí mismo. Ignoro qué ha hecho. Sale de un  Juzgado tras declarar por supuestas irregularidades en el club del cual fue gerente, Osasuna de Pamplona  Fíjense en su aspecto demacrado, en su caída de ojos, en la tristeza infinita que desplaza, en la pesadez de su cuerpo dominado -posiblemente- por el miedo, la angustia y la ansiedad. Y quizás también por el pánico de verse acusado, quizás,   de algo muy serio. Algo que le puede cambiar la vida. Sean capaces de meterse en sus pensamientos, en sus miedos, en sus  reflexiones. Ignoro qué ha hecho. Quizás hasta les diga que tampoco me importa. Que solo me importa ese miedo, un miedo brutal, astral a perder el control de tu vida que gira vertiginosamente sobre un abismo oscuro, el del futuro imperfecto. Quizá lo peor de una acusación fundada o infundada sea ese momento en que empiezas a penar de miedo, a sentirte ajeno al que eras antes de

Comportamientos

La jibarización de la crisis y la  transversalización epidémica del malestar social, económico y político  que padecemos  produce extraños efectos sobre los comportamientos humanos. He aquí uno de ellos. El Roto cada vez más roto pero sin duda no da puntada sin hilo.

Socialistas de Barañain

A  la misma hora en que Pedro Sánchez, líder del PSOE, se reunía en Sao Paulo con el ex presidente Lula para recordar que el mundo, todavía podía girar a la izquierda, en Barañáin, sus compañeros de partido se empeñaban justo en lo contrario. Pedro Sánchez se había enterado de que esos camaradas habían votado en contra de una moción presentada en el tercer Ayuntamiento de Navarra, en la que se solicitaba solidaridad con Faurecia, empresa amenazada por el despido de casi doscientos trabajadores. Y no entendía, porque según él sabía, el grupo socialista en el parlamento navarro si había apoyado a esos trabajadores. Muy enfadado, Pedro Sánchez, llamó a sus compañeros y les dijo que mientras él trataba de volver a sembrar el campo yermo de ilusiones que había cosechado el socialismo navarro en esta tierra, ellos seguían empeñados en mantenerlo en barbecho. Pedro no entendía cómo el socialismo navarro, cuya reformulación se anunciaba a bombo y platillo, se ponía en contra de un gru

Madre

Richard Ford escribió en 1988 "My Mother", editado en castellano por Anagrama en 2010 con el título de "Mi madre". En setenta y nueve páginas le dice adiós a la mujer que le dio a luz. Esa despedida me conmovió y perturbó cuando lo leí en su día. Lo he vuelto a leer estos días porque yo también tengo madre y no se cómo decirle adios. Pero sé que pronto tendré que ponerme a la faena. Y por eso Ford me está echando una mano. Un amigo que, para más señas es psiquiatra, suele ser duro y contundente con los apegos, los vínculos y demás construcciones alrededor de las dependencias personales y emocionales que nos montamos con los seres queridos y no queridos. Dice que nos vinculamos mucho, en exceso. Y eso trae malas cosechas. El dice que es una falta de repris personal. Lo entiendo pero no logro "separarme"" de mi madre. Me pasa lo que a Ford. E imagino que me pasa como a millones de apegados a la madre. ¿Cuestión de edad, dignidad y gobierno? Yo

El hombre que sabe que va a morir

Oliver Sacks. Este hombre sabe que va a morir. Por eso escribió su despedida en un brillante y emocionante artículo  convirtiéndolo casi en su propio obituario.  En este vídeo todavía no sabía nada de su porvenir, o si lo sabía, disimulaba bien su sufrimiento que ahora nos deja convertido en pura poesía.   http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/19/actualidad/1424366454_934409.html