Hay veces en que a uno se le atraganta la realidad y no hay forma de vomitarla. Escuece y sigue perforando las entrañas, pero no hay manera de digerirla. La realidad, o lo que queda de ella, es tozuda y vuelve cada día la espalda al tiempo. Barcina, la presidenta del Gobierno de Navarra en minoría, ha ganado la partida por los pelos en su propia casa. En UPN. Tenía un partido a cara de perro, y ha ganado. Una vez más. Dicen que el miedo se ha vendido caro por los pueblos de la Ribera navarra. Que las coacciones han sido más brutales que las tramas de Gran Reserva, esa serie de TV donde la corrupción se hace íntima y familiar hssta el vómito. Barcina seguirá, en el partido y en el Parlamemto. Uno se pregunta a qué precio. ¿Cual es la clave de fa, o de do, o de mi, de estas vidas embarradas de tensión? ¿Qué les hace funcionar a ese precio? ¿Qué cosa, animal o persona embarga a esta mujer para seguir tensando el arco de su existencia, con la vida en contra y nada a favor? Y no me
El blog de Paco Roda