Dicen que es el oficio más antiguo del mundo. Pero servidor cree que es la dominación más antigua conocida. Y es que últimamente es habitual admitirla como un hecho incuestionable, como si fuera una viga maestra que sustenta las relaciones entre hombres y mujeres. Como si esta práctica de opresión patriarcal hubiera cambiado de acera o le hubiéramos dado la vuelta para mirarla de otra manera, más amable. Pero ha sido el feminismo el que nos ha enseñado y demostrado que la prostitución no es solo un mordisco feroz en las carnes de la historia. La prostitución es un mecanismo de dominio y subyugación de las mujeres. La prostitución fue la patente de corso del patriarcalismo protocapitalista y lo sigue siendo con el tardocapitalismo neoliberal. Y hasta la fecha nadie, o casi nadie, cuestionaba esto: que la prostitución es una transacción siniestra del poder machista que perpetua una sumisión patriarcal a través de la dominación del cuerpo y el deseo. Y esta definición, primero fe
El blog de Paco Roda