Sayas Galván y Adanero Fuhrmann eran dos sabuesos muy folletinescos curtidos en las cloacas del Estado. Tuvieron de instructor a un tal Villarojo, experto en extorsiones a cobro revertido. Su carta de presentación era directa, “no tenemos principios ni falta que nos hacen”. Con ese lema resolvieron algunos crímenes muy turbios y no pocos casos de transfuguismo político. Ambos estaban de nómina y plantilla en la agencia de detectives PPOX, famosa por cómo se las gastaban, gente a la que no le temblaban las piernas. El último caso resuelto era un crimen político cometido en la sede de Summun Maxima, una desconocida franquicia política ligada a la Internacional conspiracionista . El asesinado era un tal J. Sumarza a quien habían seccionado la yugular. Junto al charco de sangre flotaba una nota escrita a mano que decía: “la Reforma Laboral ni se compra ni se vende”. Tal cual. Esta semana, han sido invitados al evento Pamplona Negra, que como todo el mundo sabe es una semana blanca en
El blog de Paco Roda