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Mostrando entradas de junio, 2014

Lerín, aguas revueltas

Regadío de Lerín. Foto: Yorkart-Fotos Andan revueltas las aguas por Lerín. Les cuento. Imaginen que viven en un inmueble de treinta vecinos. Con sus manías y sus cosas. Pero se llevan más o menos bien. Un día, el presidente de la comunidad recibe una oferta de una empresa de fontanería y les propone cambiar las tuberías del agua de sus viviendas. Aunque no haga falta. Eso supone hacer obras, cambiar bajantes y donde antes estaba el baño, ahora va la cocina. Y todo a su costa. El presidente, como es partidario de la obra, toma sus decisiones. Pero olvida convocarle a usted y a la comunidad de propietarios para que decida sí o no. Porque aunque sea presidente, esa decisión excede a su representación. Vale, pues una cosa parecida ocurre en Lerín con el dichoso Canal de Navarra y su ampliación. Y es que estos días, los de Lerín viven en un sinvivir. La alcaldía está a favor de la ampliación de Canal pero olvida que son los propietarios de las tierras afectadas quienes deben

-face+book

Una librería de Pamplona, a punto de entrar en el verano de 2014 Pues eso, menos face y más book. Por ejemplo, La mujer loca , de un tal Millas, Juanjo, para más señas, uno de los articulistas más parecidos a Buster Keaton. Un tipo con el que te ríes, no porque el positivismo absurdo de la nueva psicología de la felicidad por decreto te invite a sonreír a la vida pese a ganar 11 euros diarios, no; porque hace de la realidad una ficción compulsiva con fines literarios.

Ceguera

La presidenta siempre creyó habitar en el cielo de los indiscutibles. Pero ahora estaba cansada. Como si tuviera un descosido en su personalidad. Se le notaba desde hacía tiempo. En su sonrisa y en su rostro, demacrado por el constante escorzo en busca del consenso consigo misma. La presidenta llevaba tiempo negando lo evidente: su descrédito político y personal. Alguien le dijo una vez que no existe mayor obstáculo para lograr la liberación que la necesidad del fracaso. Quizás lo buscaba ignorando que prepararse para la concordia es aceptar el propio destino. Sabía que tenía los días contados. Que gobernar en minoría era un suicidio. Hasta el mismísimo Sanz se lo reprochó recomendándole sensatez y autocrítica. Pero esos sustantivos no cabían en su diccionario. Porque lejos de reconocer errores, los transfería a los demás. Se le notaba cansada, sí, pero ella se creía inmortal, algo que consideraba la mejor droga contra el cansancio. Desde su divorcio con el socialismo complaci

Coro Nación

El todavía Príncipe, llamó a los republicanos e independentistas del Congreso: Uxue Barcos, Sabino Cuadra, Tarda y Bosch, y les invitó a cenar en una tasca de mala muerte del Madrid de los Austrias. Él se lo tomó como una despedida de soltero. Ellos como una confesión de urgencia. Entre callos, calamares y vino peleón, la cosa se fue animando hasta que los independentistas se soltaron la sinhueso. El Príncipe se mostró cauto y receptivo. Días atrás, el Congreso cosechó intervenciones de largo recorrido a cargo de secesionistas y  antimonárquicos. Ahora estaban frente al poder real. Mano a mano. Y se cruzaron palabras mayores que el Príncipe ya había oído a escondidas. A los postres, el Príncipe les dijo: hay tiempo para todo en este reino de España que quiero inaugurar el jueves. Eso si La Roja, no se destiñe antes.  Llegó el jueves 19 de junio, el sol ardiente había convertido los leones del Congreso en corderos al chilindrón. Sus señorías con las mejores galas s

Verano

Ya las chicharras anunciaban un sopor vespertino que sólo se soportaba al lado de un daiquiri. Por las noches algunas calles no cerraban, ocupadas por cientos de púberes encabritados en busca de su primera iniciación sexo-alcohólica.  Tras los balcones, abiertos de par en par,   se oía el fulgor de algunas   pasiones que el invierno había adormecido. La tierra olía a hierbabuena y el sol de las mañanas maceraba los cuerpos de los pocos obreros  en camiseta que aún se veían . Por las tardes ya venteaba   a fiesta y   sangre y   el sol recalentaba la sesera de los exploradores en busca de las primeras rebajas   de aquel gran almacén donde siempre era primavera. Cuando declinaban los rayos, las terrazas se vestían con las sedas de la modernidad y desde allí, con la mesa repleta de cervezas frías y algunas raciones de calamares fritos, uno podía contemplar el mejor   zoológico de la ciudad varada en su propia indolencia. Algunos ancianos de cuerpo mortificado y   mirada invertebrad

¿Qué es un Rey para ti?

Abrí el correo justo en el momento en que el Borbón pedía la baja voluntaria de la empresa en la que un día, un golpista con millones de muertos en nómina, le había nombrado director gerente por obra y gracia de su bastarda voluntad. El remitente, la Fundación Institucional Española, me pedía que participase en el concurso infantil que lleva por título: ¿Qué es un Rey para ti?. Pensé que sería una broma pues yo había dejado años atrás la Primaria, esa edad en la que la inocencia te impide distinguir un rey de un lacayo. Pero como insistieran y viera que el Borbón se despedía sin gracia alguna y sin sonrojarse por haber ocupado un cargo que nadie había refrendado, me atreví a mandarle el siguiente mensaje. Un rey para mi es alguien que lejos de inaugurar democracias, sancionó transiciones incompletas tras deslegitimar un autogolpe militar. Alguien que, creyéndose inviolable, vive de las rentas de sus súbditos a los cuales desconoce como ciudadanos. Alguien que cree que s

Con la emoción no basta

En "cadáver a la intemperie" de Pedro García Olivo, editado por Logofobia , se puede encontrar una respuesta, mejor dicho, múltiples respuestas a las dudas que, a diario nos sacude la contemplación de la realidad. Estos días siento, posiblemente usted, lector o lectora, también lo presienta, un eco que anuncia cambios a medio y largo plazo. Entre abdicaciones, demandas de consultas varias, deseos de independencia, avances por la izquierda posible y retrocesos por la derecha inclemente y bastarda;  la gente a pie de obra ha salido a la calle en busca, no solo del verano que ya calienta las seseras, sino de una vía de escape hacia las autonomías sociales y personales que se anuncian, que se presienten. Hacia los cambios de escenarios, de caras, de gentes, tal vez de maneras. Siento que en ello  juegan fuerte las emociones, capaces de movilizar cadenas que se multiplican como resortes imposibles de secuestrar. Y siento que es preciso teorizar, sistematizar, racionalizar las

El capote

De repente sintió el olor. Era un olor fuerte, agrio y caliente. Después vió el asta de aquel miura de 650 kilos que cortaba el aire por delante de sus ojos llenos de  pánico. Y finalmente la sintió. Entrando lentamente en su muslo izquierdo, afilada, cortante, caliente. Creía que estaba soñando. Pero no. Sin embargo, tras un segundo de luz fugaz, vió una figura invisible que se posaba sobre él. Como un ángel ralentizado que se interpusiera entre aquel astado y su endeble cascarón. Vestía una capa bordada en oro y rojo, portaba un báculo dorado y cubría su cabeza con una mitra. Entre el pánico y la visión fugaz se dejó caer preso de espanto. Oía gritos y miles de ojos trataban de tirar de su desgarrado pantalón. Tras unos segundos, donde la luz se hizo más intensa y brillante, se levantó. De repente, el silencio se había apoderado de la calle. En aquel recorrido del miedo, no había nadie. Estaba solo. Miró hacia la entrada del callejón de aquella plaza de toros y volvío a ver aq

Pampliruña

Pamplona, Plaza del Castillo, 7 junio 2014 Pamplona, dos de la tarde de un sábado de junio que pareciera de gloria. Pamplona, primera del Camino, dicen los santiagueros, primera también en participar del golpe de estado de 1936, primera ciudad insumisa, primera en muchas cosas, primera en solicitar como ciudad, con el apoyo de la mayoría de la corporación municipal, un referéndum para decidir entre monarquía y república, primera en litros de alcohol veraniego, por aquello de los sanfermines como fiestas sin igual. Pamplona, ciudad esquizofrénica, con trastorno de personalidad, bipolar, donde confluyen la derecha más exquisita y bastarda con la izquierda más posible, poliédrica, avanzada, abertzale  o republicana.   Hoy sábado cultural, miles de gentes inundan una ciudad sobre la que cae el sol a plomo abrasando  el cráneo incendiado de sus habitantes deseosos de fiesta y cultura. Toda la ciudad es una fiesta: actos culturales, escenarios, espacios de música y conciertos, comidas

Olfato

El Roto La derecha mediatica, el lúmpen económico, los palanganeros del poder real, la casta política descastada de sus orígenes democráticos, el abrevadero mediático de múltiples profesionales de la comunicación falseada, ensayan estos días cómo edulcorar un proceso  político de una segunda transición falseada sin que se note el apestoso estado de excepción encubierto a que están sometiendo a la ciudadanía. Los tiburones de la comunicación, al servicio de una corona corrompida por el uso indebido de la historia, tratan de hacernos creer que hay una opinión pública favorable a la coronación de Felipe VI. Olvidan que el público no tiene opinión, solo olfato y, a semejanza del chacal, se orienta oliendo el rastro de la carroña, como diría Rafael Argullol

Borbón y cuenta nueva

Ha tenido que bramar el poder de la izquierda posible para que el poder real  se pusiera en posición de prevengan armas. Y es que pareciera a lo largo de esta travesía de la resignación,   el tiempo real de la política se hubiera encasquillado en las alcantarillas del conformismo por decreto. Pareciera que, pese a la sofocante presión sobre las vidas reales de la gente, sobre sus sueldos, sus pensiones, sus servicios públicos presurizados, sus paros y desempleos usurpados, sus conquistas sociales y personales, sus empleos precarizados, sus presentes y su siempre cuestionable felicidad, la población hubiera dado por bueno su degüello social de la mano de la imposibilidad de hacer girar el eje de la tierra. Se impone la Troika bastarda, la deuda falsamente creada y la entrada al matadero de la desesperación a cambio de haber vivido por encima de las posibilidades, nos dicen. Pero siempre hay una chispa incontrolada que incendia las conciencias estafadas  y cansadas que las somete a u

Dormir para contarla

Calle Estafeta, foto: Leo Ferrer Teodora vive en la calle san Nicolás de Pamplona, donde nació hace 75 años. Me cuenta que desde hace  años no duerme bien. Y no  porque tenga insomnio, habitual a esa edad, no. En su calle de toda la vida, en tiempos de txikiteo popular y hoy convertida en la milla de oro del pintxo-pote global, funcionan diez bares nocturnos que operan de jueves a domingo. Bares castas, pamplonautas y ejemplares de día,  pero  discotecas tuneadas de noche que escupen decibelios contaminados de ruido. Esos días, a partir de las doce de la noche, Teodora y sus vecinos ya no duermen. Soportan una calle atestada de gente que disfruta a muerte de un ocio nocturno sin compasión por la vecindad. Pero a Teodora,  esa alegría  desmedida no le redime  su angustia. Y es que el casco viejo pamplonés padece una sangría comercial sin precedentes pero una euforia hostelera sin confines Nadie sabe a qué responde esta política de colonización bar-tabernaria y desloca