Leo en La Vanguardia de hoy domingo, 13 de enero, lo siguiente: "Una clave, con las necesidades básicas cubiertas, es aprender a vivir con menos" (Helena de Marianas) , "Ahora hay que lidiar, como nunca, con lo negativo para huir del derrotismo" (Andrés Cuartero), "Es el momento de echar imaginación, coraje y optimismo a la vida cotidiana" (Victoria del Barrio), para finalizar, "Las riendas de tu vida las llevas tú, no dejes que las dominen Rato o Botín" (Carmelo Vázquez) Todas estas perlas corresponden a un reportaje en este diario que lleva por título "Sonría por favor, recetas para el optimismo". No dudo, o si, de la buena fe de los expertos que así se expresan. Lo que ocurre es que sus mensajes tienen un doble fondo moral. Y también intencionado y político aunque ellos, posiblemente, o sí, no lo vendan como tal. Barbara Ehrenreich, una periodista, ensayista y activista norteamericana publicó en 2009 un libro que lleva
El blog de Paco Roda