Leo en La Vanguardia de hoy domingo, 13 de enero, lo siguiente: "Una clave, con las necesidades básicas cubiertas, es aprender a vivir con menos" (Helena de Marianas) , "Ahora hay que lidiar, como nunca, con lo negativo para huir del derrotismo" (Andrés Cuartero), "Es el momento de echar imaginación, coraje y optimismo a la vida cotidiana" (Victoria del Barrio), para finalizar, "Las riendas de tu vida las llevas tú, no dejes que las dominen Rato o Botín" (Carmelo Vázquez)
Todas estas perlas corresponden a un reportaje en este diario que lleva por título "Sonría por favor, recetas para el optimismo". No dudo, o si, de la buena fe de los expertos que así se expresan. Lo que ocurre es que sus mensajes tienen un doble fondo moral. Y también intencionado y político aunque ellos, posiblemente, o sí, no lo vendan como tal.
Barbara Ehrenreich, una periodista, ensayista y activista norteamericana publicó en 2009 un libro que lleva por título, Sonríe o muere, la trampa del pensamiento positivo. (Taurus, 2011). No ha tenido mucha difusión, más allá del ámbito académico. Y ni eso. Barbara desmonta la trampa de este tipo de terapias y actitudes que, en lo más profundo, ciegan la luz, ocultan la salida del túnel, redireccionan los problemas hacia la individualidad de cada uno y desproblematizan una realidad problematizando otra. Usted es el culpable de su vida y destino, así que actúe sobre usted, no sobre la realidad.
El paro, la carestía, los ajustes, los desahucios, la pobreza, la precariedad, la falta de ingresos, la falta de presente y de futuro no son situaciones queridas, ni forman parte de una patología personal, sino social. No requieren de una activación positiva, sino de una política activa. Porque no son situaciones a resolver de manera individualizada, no son objeto de gestión privada ni personal. Son graves problemas políticos y sociales y su solución es pública y política. Despolitizarlos o reformatearlos en clave personal es una trampa política. Propia de expertos en comunicación y lenguaje que reformatean los problemas en clave terapéutica. Si usted ha perdido el trabajo le dicen que ahora tiene usted una oportunidad de cambiar su trayectoria. Vale, lo que quiero oír no es eso, sino que el desempleo se solucione. Porque es una responsabilidad social y política. No individual. Si usted tiene una enfermedad, le dirán que quizá a partir de hoy disfrute como nunca de la vida que le queda. Vale. Lo que quiero, aparte de vivir, de curarme, es que la sanidad pública funcione, se afane en prevenir y me atienda bien. Porque es una responsabilidad pública y social. Y no deje de sonreír, dé las gracias por estar vivo y lleno de optimismo. No sea aguafiestas. Que es como decir, no me joda con políticas, ni me toque lo que no hay que tocar con discursos sociales. Ya lo dice Carmelo Vázquez, que las riendas de tu vida las llevas tu, no Rato ni Botín. Que es como decir que ya sabemos que Rato y Botín son dos trileros, que tienen poder para influir en nuestras vidas, pero no dejes que te influyan. Deja que te exploten. Deja que sus decisiones destrocen la vida de millones de personas, deja que sus poderes alteren los mercados que luego decidirán tu suerte, tu vida real. Tu confórmate con tomar las riendas de tu vida. ¿Pero qué vida? La de puertas adentro de la realidad, la que no se ve, la que no existe fuera de mi instante de positivización, la que no grita de desesperación. Esa que no vale nada, esa que solo existe dentro de ti, esa que no tiene conexión con la realidad, esa que se deconstruye tras una meditación privada, al margen de sus vecinos de aprietos y contrariedades.
Estos charlatanes de la realidad le vienen a decir que aproveche que vive para positivizar su vida pero no le pida cuentas a los responsables de este desaguisado. Eso déjelo en nuestras manos, la de los estafadores de opinión y los fornicadores del lenguaje.
Completamente de acuerdo. El problema (creo) es que el 'falso optimismo' es un producto comercial superficial más. Y tristemente, como producto superficial, vende. Publicas la foto más estúpida en Facebook y a la media hora recibes 20 'me gusta'. Publicas o compartes un artículo que haga pensar y lo miran 2 personas; y a saber si les gusta;-). Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Leonor por tus comentarios y sugerencias. Un beso
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