E l encuentro fue más o menos así: buenos días ministro; un seco y lacónico buenos días fue la respuesta de Montoro. La presidenta se intimidó. El ministro entró a saco: ustedes los navarros no pueden seguir tensando al Estado con sus privilegios. En estos tiempos de contrición, no podéis ir de aforados tributarios. Pero ministro, balbuceó la presidenta, los fueros nos amparan. Y también la Constitución. Los fueros son para eliminarlos, aseveró el ministro en un alarde enfurecido de centralidad. La presidenta quiso restar el golpe, pues iba con la intención de solicitar la retirada de los recursos interpuestos por el Estado contra leyes tributarias navarras, pero no pudo. O ya no supo. Pues se dio cuenta que su propio gobierno había permitido, en parte, ese rearme del ministro. El encuentro no fue más allá. Con Dios ministro. Lo peor del día fue la llegada a Pamplona. Había que explicar al partido ese golazo gubernamental de 1.500 millones de euros que suponía casi perder la Lig
El blog de Paco Roda