El Roto ETA ha muerto. Incluso antes de anunciar su defunción. Pero con la casquería de sus restos, algunos fiscales y no pocos políticos preparan barbacoas para seguir comiendo caliente del pecado que condenan. ETA, digámoslo alto y claro, ya no es rentable para nadie. Pero con sus cenizas muchos psicópatas de misa diaria y despacho oficial trafican buscando su resurrección. O eso pareciera. ETA fue durante años el principal activo penal de un negocio redondo cuyas acciones cotizaban en el mercado del dolor y la sangre. Con ella y contra ella las urnas se llenaron de víctimas y también de un cinismo bastardo. Pero ahora, su desaparición deja en evidencia a muchos que se alegraban viendo trabajar a los enterradores. Y ya es jodido decir esto. Porque uno sabe a lo que se expone. El desarme de ETA ha pillado en renuncio a muchos funcionarios de infierno. A esos espíritus agrietados a los que ni Dios podría salvar aunque se pusieran de rodilla
El blog de Paco Roda