Foto: Ernest Cole /Magnum Photos/ Al principio lo pensé, pero me autocensuré. Porque también mi cabeza se confina. Y me convierto en el mejor sicario de mí mismo. Pero lo pensé. ¿Bajo qué principio se puede sacar a un perro a pasear y a cagar y a un niño, a una niña no?. Que alguien me explique ese incomprensible privilegio. Desde el principio, el confinamiento de los menores no ha admitido ni matiz ni discusión. Salvo situaciones relacionadas con la discapacidad, solo hubo alguna corrección al texto del decreto inicial. Y era que un menor pudiera acompañar a un adulto a la compra. Porque claro, nadie pensó que los menores no se pueden quedar solos en casa. Y lo que veo a diario es que las clases sociales están siendo transverslizadas bestialmente por el confinamiento. Y a la infancia más pobre y más vulnerable, desprotegida, amenazada y que forman parte de esas familias que sobreviven entre la precariedad y la extrema pobreza, pagará un altísimo precio por esta crisis de salu
El blog de Paco Roda