Le habían dicho que podía pedir una ayuda nueva que había salido, el Ingreso Mínimo Vital. Se lo había comentado un amigo que trabajaba en la Volkswagen. Txus tenía 60 años, esa edad resbaladiza en la que la vida comienza a seguirse por el por espejo retrovisor. Por si acaso. Esa edad en que se disuelven como azúcar la mayoría de planes sin cumplir. Txus llevaba en paro intermitente desde 2008. Acumulaba veinte contratos de mierda; en la construcción, hostelería y limpiezas. Txus era eso que llamamos un precariado que vivía agarrado a su mala estrella. Me preguntó qué era eso del “mínimo vital”. Se lo expliqué a grandes rasgos minimizando lo que los políticos decían: que si “protegerá a millones de hogares”, que “permitirá no dejar a nadie atrás”, o que “sacará de la pobreza extrema a más de un millón de personas”. Le dije que debía solicitarlo a través de la pagina WWW de la Seguridad Social pues las ventanillas en la administración habían desaparecido con una lucidez vertiginosa
El blog de Paco Roda