Si tienen tiempo y el calor no les apelmaza las neuronas literarias, lean "Operación Dulce" de Ian McEwan (Anagrama). Lo he acabado tras cinco días intensos. Si andan avispados verán que la ficción es algo más que una realidad aumentada. O viceversa. La novela gira alrededor de una joven estudiante que es fichada por el M15 británico (servicio secreto) en 1972 para ayudar a novelistas primerizos con el fin de generar un estado literario de opinión anticomunista. La acción transcurre en plena Guerra Fría y la CIA invirtió, en ese tiempo histórico, enormes cantidades de dinero con esa finalidad. La trama se desborda y cabalga a lomos del amor, los celos, el honor, la mentira, la política, el estado social, el sexo y un ambiente londinense más allá de la bruma. Sobre todo ello se hace presente la intensa narración de un tiempo que, aunque fue ayer, parece hoy. No por similitud, sino por la deriva de las narraciones y el relato de este presente bastardo. ¿Por qué leemos lo
El blog de Paco Roda