Podemos está tensando el arco de la historia política española. Está legitimado para ello. Sus votos y la confianza generada en su discurso le avalan para gestionar, en lo que le corresponde, este momento histórico. Cierto. La cuestión está en el límite de la tensión del arco. Porque si la flecha vuela no hay vuelta atrás. Y ese vuelo no es más que la representación de la máxima tensión que genera cualquier decisión. Si Podemos es fiel a sí mismo, fiel a sus votantes y a lo que dice representar, pero sigue tensando el arco, legítimo, hasta alcanzar su máxima rigidez, debe contemplar las consecuencias finales del acto. Para eso están las ingenierías de la posibilidad en un contexto de caos y tensión. Podemos está apostando fuerte. Quizás como nadie lo ha hecho en la historia política española en los últimos treinta años. Pero no puede ser tan incauto como para pensar que, aun identificando las traiciones, los pactos ocultos, las resistencias, las listas negras, los nombr
El blog de Paco Roda