Aprovechando el bajón anímico del personal, la desmovilización y la creciente despolitización de una vida infectada, el arzobispo de Pamplona se ha venido arriba. Cansado de explorar en la metafísica de la fe, ha lanzado una OPA a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. Esta Hermandad viene celebrando el día 19 de cada mes una misa negra en conmemoración del golpe franquista de 1936. La pandemia ha cancelado estas prácticas exaltacionistas, sí, pero el arzobispado, lejos de reprobarlas, quiere higienizarlas. Por eso ha propuesto a los cruzados que trasladen sus happenings subversivos a la Catedral de Pamplona. Que es como sacarlas del zulo de los “Caídos” para situar la exaltación en el gran espacio público de los creyentes. Él mismo dice: "no hay que darle más importancia, es un acto de adoración y de petición por todos, como ocurre en el Valle de los Caídos, que no se pide solo por unos sino por todos". Sí señor. Junte usted sin pudor a víctimas y verdugos
El blog de Paco Roda