La verdad es que no sé qué hay de real en todo esto. Porque la calle ha vuelto a llenarse. Pareciera que recuperase el brillo de antes; la gente ha vuelto a juntarse, las pancartas se agotan, la utopía ha resucitado, el desencanto, parece, que pasó a mejor vida, incluso la violencia social ha vuelto a reivindicarse. Hartos de ver como a diario las líneas rojas se sobrepasan hasta dejar un reguero de sangre, de ver cómo la crisis es solo la excusa de la nueva dominación; los movimientos sociales mueven y remueven sus placas tectónicas. Cada día surge un grupo, un colectivo profesional, una asociación, una entidad que moviliza, que convoca, que grita y reivindica, que trata de unir contra esta carnicería sin piedad. La calle está llena de mesas con firmas, gentes que promueven tal manifiesto, cita, concentración o incluso hay quien resucita el frente popular para cambiar de régimen. Y es que pareciera que estamos a punto de la revuelta, del estallido social. Y me pregu
El blog de Paco Roda