Ayer, el socialismo rajoyista confirmó la traición a su electorado. Y a la memoria de un partido que ha escrito su historia a sangre y fuego. Ayer, el socialismo amnésico se puso en manos de un corrupto de palabra, obra y omisión. Más aún, ese socialismo metabolizado por el brazo más trilero del PP, cederá el poder a un partido gangrenado por la corrupción sin propósito de enmienda. Y lo hará amparándose la lealtad mal entendida ante gente que ha convertido España en un lodazal. Por eso, este socialismo regentado ahora por un tal Javier Fernández Iscariote, necesita explicar su infamia, su fariseísmo moral, su malabarismo político. Necesita dulcificar su pedagogía-trampa ante esos casi 90.000 militantes socialistas que han exigido decencia ante una Gestora que ha sucumbido al IBEX35 y sus medios de perturbación social. Y todo en nombre de una responsabilidad institucional que en este circo resuena como una carcajada. Ayer el sanedrín socialista, dividido y cau
El blog de Paco Roda