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Mostrando entradas de abril 29, 2014

Abril

Podría ser un mes cualquiera. Pero no lo es. Abril deriva del latín “aprilis” que viene de “aprire” (abrir). Y es que en esta época en Roma ya es primavera. Aquí no tanto. Habrá que esperar hasta primeros de junio para saborear de verdad el encanto de los primeros soles. Para que la sublime vegetación rompa en mil pedazos la monotonía de los inviernos de esta Pamplona gris marengo que nos acompaña durante más de medio año. Es un mes malencarado con la tierra. La huerta de Pamplona está casi vacía a la espera de la gran explosión de mayo y junio. Llueve sí, pero el olor de los campos mojados ya crecidos, anima el alma dormida de esta provincia a la que solo parece importarle el mes de julio. Abril está en la frontera, en ese territorio del cambio. Más allá de esta fecha, el horizonte se despeja para encarar de verdad el tiempo preciado, el sol, la luz nítida de las mañanas  y el canto de las chicharras. Abril se presenta, en ocasiones, salpicado de rojo en el calenda