Foto: Martine Franck /Magnum/ Ayer, los nuevos millonarios miraron al frente como si el porvenir fuera un podio. Hoy ha sonado el despertador como cualquier día. Y no por ello me he sentido desgraciado. El mundo se pone en movimiento cada mañana. Y eso ya es suficiente para cuidarte. Así que no permitas que los tertulianos cantamañanas te amarguen el día. En su lugar escucha la Tercera Sinfonía de Górechy y piérdete en la soledad de su belleza. Y mañana día 24, cuando enfrentes el día más duro del año, abre bien la pituitaria al olor del primer café de la mañana. En el almuerzo, procura que no te falte aceite de oliva virgen, tomate de Lerín y unas anchoas del Cantábrico. Alrededor de esa trilogía gira el universo. No discutas con seguir leyendo
El blog de Paco Roda