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Mostrando entradas de marzo 28, 2015

¿Deflación sindical?

 Nunca como hoy los sindicatos han sido tan necesarios, pero nunca como hoy fueron tan cuestionados. ¿Tienen que reinventarse? ¿Sirven hoy para lo que sirvieron ayer? ¿Mantienen la legitimidad social de antaño? ¿Tienen capacidad para reinventar nuevas luchas obreras? ¿Ocupan todavía un lugar entre los sujetos sociales? Son preguntas fáciles de formular pero difíciles de responder. No son asépticas. Porque, al margen de la oportunidad de su formulación, son introducidas en el discurso social de manera intencionada por los grupos de presión mediáticos y creadores de opinión para abrir una grieta ideológica en el mundo del trabajo, sus regulaciones y los sujetos que tradicionalmente han servido de mediación: los sindicatos, organizaciones históricas que hoy están sometidos al mayor linchamiento mediático jamás conocido. Ya lo dijo Esperanza Aguirre ante la huelga general de 2012: “Estos sindicatos caerán como el muro de Berlín” Es cierto que los sindicatos, concebidos y const

Del derecho, a la limosna

Dicen que la crisis, o el negativo de la crisis, nos ha vuelto más solidarios. Incluso que la crisis ha sido positiva para activar nuestro yo más recóndito. Y que a más crisis, más solidaridad colectiva. Y eso se celebra. Como un triunfo de nuestros  yoes  militantes y comprometidos a falta de un Estado Social dormido o huido de sí mismo. Verán, yo tengo mis dudas sobre todo este movimiento centrípeto de solidaridades: comedores sociales, huchas, bancos de alimentos, maratones y gincanas solidarias, roperos, etc. Creo que con las mejores intenciones personales se está reforzando un nuevo estado asistencialista y alternativo de protección social amparado en la indulgente caridad privada. Me dirán que no puede ser de otra forma. Porque la administración pública se llama andana y deja a sus súbditos, que no ciudadanos de derechos, al pairo o la bondad del prójimo. No sé si esta es la única salida, pero no creo en esta solidaridad emocional y caritativa. Es más, la veo muy peligro