Un análisis racional nos dice que el socialismo español se enfangó en la ciénaga del Ciudadanos, que no pudo o no quiso salir de ella, pero tampoco quiso romper la cadena que los barones impusieron sobre el referéndum en Cataluña. Eso bloqueó el pacto con Podemos y el resto de izquierdas periféricas. Pero un análisis emocional busca culpables en todos los partidos sin excepción. El resultado es que gana la antipolítica y la antidemocracia, porque la abstención se avecina llamando a la puerta y la desconfianza en lo política gana adeptos más allá del populismo. Ambas estrategias son las que presionan en el panorama a corto plazo generadas por el cansancio, el aburrimiento y la poca lucidez de los discursos, salvo raras excepciones. Y ese escenario, cansado y aburrido, hay que levantarlo a pulso en un teatro político en el que las previsiones -ante las próximas elecciones- no auguran mejores posiciones de negociación entre aquellos que podrían optar por sacar al país del dra
El blog de Paco Roda