Foto: Henri Cartier Bresson (Magnum Photos) El otro día entré en una sala de juegos. En el barrio de San Jorge. Al lado de un instituto. Para saber qué se siente. Cuando entré me vino a la memoria una sala a la que iba cuando yo era un crio. Estaba en un sótano situado entre la Iglesia San Ignacio y la tienda del Salón de Visillo. Se bajaban unas escaleras y allí estaban los flippers y a la derecha los billares. No nos jugábamos nada, solo una adolescencia enloquecida. Pero en esa sala de juegos que entré, sentí que allí lo perdías casi todo. Varios colectivos vecinales se están movilizando contra esta nueva dominación. Desde la Txantrea y Huarte, pasando por San Jorge, Buztintxuri o Mendebaldea. Parece que el Gobierno de Navarra ha sido sensible ante la furia de las timbas y recientemente ha dictado una moratoria de seis meses que impedirá que se abran nuevos locales. Pareciera que esto es algo banal, inocuo. Pero no. Esto es un eslabó
El blog de Paco Roda