Cuesta trabajo abrirse paso entre tanta histeria y desesperación. Un viento incesante nos ha dejado a la intemperie y, ya nada ni nadie es garantía de salvación. Todas las antorchas que alumbraron los deseos de cambiar el mundo se han ido apagando. El mundo mismo enmudece ante su propia adversidad. Y sin embargo, de todo ello queda un poso. Entre los restos de la tragedia aún se pueden ver náufragos anónimos en busca de una costa segura donde poder encontrar un lugar para el saludo, la hospitalidad, la charla amiga, el acogimiento, la protección, la concordia, el entusiasmo, la dulzura, la confianza, la amistad, el regalo, la fiesta, la amenidad, lo generoso, lo fácil, lo sencillo, la celebración, la indulgencia, el aplauso, la risa, el acompañamiento, la dicha, el placer, el convite, el descanso, el consuelo, la ayuda, la reflexión, el amparo, el altruismo, la pasión, la afabilidad, la caricia, la lucidez, la humildad, l
El blog de Paco Roda