Vizcay, ex gerente de Osasuna. Foto: Naiz Vean a este hombre abatido. Tumbado sobre la sombra de sí mismo. Ignoro qué ha hecho. Sale de un Juzgado tras declarar por supuestas irregularidades en el club del cual fue gerente, Osasuna de Pamplona Fíjense en su aspecto demacrado, en su caída de ojos, en la tristeza infinita que desplaza, en la pesadez de su cuerpo dominado -posiblemente- por el miedo, la angustia y la ansiedad. Y quizás también por el pánico de verse acusado, quizás, de algo muy serio. Algo que le puede cambiar la vida. Sean capaces de meterse en sus pensamientos, en sus miedos, en sus reflexiones. Ignoro qué ha hecho. Quizás hasta les diga que tampoco me importa. Que solo me importa ese miedo, un miedo brutal, astral a perder el control de tu vida que gira vertiginosamente sobre un abismo oscuro, el del futuro imperfecto. Quizá lo peor de una acusación fundada o infundada sea ese momento en que empiezas a penar de miedo, a sentirte ajeno al que eras antes de
El blog de Paco Roda