Nadie sabe qué debe de pasar en el seno de este partido para evitar su propia bancarrota ideológica y política, para acabar siendo un partido residual, un resto de serie sin ningún atractivo electoral. Ahí está el cataclismo socialista en todo el reino de España. Y es que si el socialismo español ha entrado en barrena, el socialismo navarro hace tiempo que lleva ensayando el harakiri. Se han dado razones a manta para explicar la involución socialista en esta tierra de sacrosanta gobernabilidad y estabilidad foral a costa de no pocas prebendas y canonjías en su haber; para explicar su abandono, no ya de clase, sino incluso de la socialdemocracia más insípida del mercado. Y ellos mismos, los socialistas, tratan de explicar, sin ninguna convicción, por qué colaboran con la derecha, no solo en su sostenimiento, sino en su perpetuación. Aluden, sin decirlo claramente, a la estabilidad política, a la gobernabilidad de Navarra, al sostenimiento inexcusable del constitucionalismo, a
El blog de Paco Roda