Ir al contenido principal

Eutanasia social

El Roto
ETA ha muerto. Incluso antes de anunciar su defunción. Pero con la casquería de sus restos, algunos fiscales y no pocos políticos preparan barbacoas para seguir comiendo caliente del pecado que condenan. ETA, digámoslo alto y claro, ya no es rentable para nadie.  Pero con sus cenizas muchos psicópatas de misa diaria y despacho oficial trafican buscando su resurrección. O eso pareciera. ETA  fue durante años el principal activo penal de un negocio redondo cuyas acciones cotizaban en el mercado del dolor y la sangre. Con ella y contra ella las  urnas se llenaron de víctimas y también de un cinismo bastardo. Pero ahora, su  desaparición deja en evidencia a  muchos que se alegraban viendo trabajar a los enterradores.  Y ya es jodido decir esto. Porque uno  sabe a lo que se expone.

El desarme de ETA  ha pillado en renuncio  a muchos  funcionarios de infierno.  A esos espíritus agrietados  a los que ni Dios podría salvar aunque se pusieran de rodillas. Muchos de ellos  han  reactivado el antiterrorismo legislativo  como forma de gobernanza social. Como estrategia envenenada de control político y social. Porque en ausencia  de éste pareciera necesaria su perpetuación simbólica y discursiva. Porque a falta de ETA habrá que inventarse otros nichos de mercado para saciar a esos rentistas del terrorismo. Todo se ha vuelto honorable y banal. Y esto explica las detenciones  de Altsasu y su posterior tratamiento,  la inculpación bastarda contra la tuitera Cassandra o las pervertidas acusaciones contra los detenidos en Pamplona el 11 de marzo. El PP se sabe inmune en esta fascismocracia española.  Y  cada día es un Rubicón en que uno anhela ahogarse y desaparecer. Llegado aquí, esta columna me aburre. Tírenla si quieren. Pero en este estercolero, la pesadilla es la única forma de lucidez.

Artículo publicado en Diario de Noticias el 3 de abril de 2017

Comentarios

Entradas populares de este blog

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorados de

Mario Gaviria, de trago largo y coito corto

Mario en 1998 un café de Madrid, con 60 años. Foto: Miguel Gener Quizás, para mucha gente, Mario Gaviria, fue un desconocido. Ese ribero de Cortes, sociólogo para mas señas y arquero del primer ecologismo navarro, falleció el pasado sábado a punto de llegar a los 80. Él cumplió con aquello de no ser profeta en su tierra. Quizás no supo tomar las precauciones necesarias para ser un mal comprendido. Y es que mientras el viejo régimen de UPN gobernó esta Comunidad, este alumno de Henry Lefevre, antiguo consultor de las Naciones Unidas en África, autor de 40 libros y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2005, fue sistemáticamente invisibilizado. Quizás por eso miró a Zaragoza, donde trabajó intensamente en proyectos urbanísticos y medioambientales como la traída del agua del Pirineo para abastecer la ciudad o el diseño del barrio de viviendas sociales y ecológicas del Parque Goya. Mientras tanto,   aquí se le negaba el reconocimiento que él nunca buscó. Hasta que en 2006, el Colegio d

Ego, las trampas del juego capitalista

"Es hora de pensar en una vía de salida, de nuevos modelos altruistas y de colaboración que no conviertan cada uno de los aspectos de nuestra vida en una ecuación matemática". Porque la codicia y el juego son estímulos suficientes para el juego d ella vida.  Conjuguen esta lectura con la serie, Juego de Tronos y verán como lo que nos mueve, en una u otra dirección es el miedo. Como dice Jesús Aller " Nadie entiende lo que ocurre y los políticos que están a cargo del asunto se refugian en clichés:  “No hay alternativa” ,  “Si fracasa el euro, fracasa Europa” . La realidad es que han perdido el control, porque lo que se despliega son simplemente las estrategias de una guerra no declarada entre los estados y las entidades globalizadas del mercado financiero, que actúan simbióticamente con el gobierno de Estados Unidos. La última crisis no fue en este sentido una situación excepcional, sino una batalla más del conflicto.   Los políticos aceptan que en este enfrentamient