En "cadáver a la intemperie" de Pedro García Olivo, editado por Logofobia, se puede encontrar una respuesta, mejor dicho, múltiples respuestas a las dudas que, a diario nos sacude la contemplación de la realidad. Estos días siento, posiblemente usted, lector o lectora, también lo presienta, un eco que anuncia cambios a medio y largo plazo. Entre abdicaciones, demandas de consultas varias, deseos de independencia, avances por la izquierda posible y retrocesos por la derecha inclemente y bastarda; la gente a pie de obra ha salido a la calle en busca, no solo del verano que ya calienta las seseras, sino de una vía de escape hacia las autonomías sociales y personales que se anuncian, que se presienten. Hacia los cambios de escenarios, de caras, de gentes, tal vez de maneras. Siento que en ello juegan fuerte las emociones, capaces de movilizar cadenas que se multiplican como resortes imposibles de secuestrar. Y siento que es preciso teorizar, sistematizar, racionalizar las múltiples respuestas, escenarios y posibilidades que a diario se presentan y lo que esas emociones significan y el peso que tienen en los procesos sociales. Si todo ello queda en la mera expresión simbólica de las presencias, en la toma de la calle, en la expresión emocionada del encuentro con los iguales que se descubren, o en la reconquista de espacios vetados; no habremos avanzado en la conquista de la posible democracia hoy secuestrada.
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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