Julio Pomés ha escrito en Diario de
Navarra un artículo titulado Fabricar más pobres Un título frívolo que si lo lees a fondo,
sientes una luz que te hiela la sangre. No parece firmado por quien preside un
grupo de civismo, sino por un populista que acaba de cenar con Le Pen. Pomés desconfía
del Estado Social y lo disimula con una poética ulcerada. Él va de socorrista de pobres con pedigrí. Con los que se lo
curran. Por eso cree que un sistema de protección social es muy costoso. Porque
no cree que haya pobres, sino vagos de
solemnidad. Y a esa gente ni agua. Porque quieren vivir de los impuestos de las
clases medias expoliadas por este gobierno de filoradicales. Pomés exalta a Cáritas.
Para él, esa organización y sus voluntarios
son la sal de la tierra. No así los servicios públicos protectores de los
parias sin futuro. Esos que Laparra, ese vicepresidente yonki de la igualdad,
quiere que vivan sin dar palo al agua a cambio de un “sueldo de por vida”. Pero
Pomés ignora con alevosía a los bastardos del crimen social. A esos que sangran
a los pobres que él socorrería con una mano y con la otra expulsaría de
Navarra. Lo digo por el “efecto llamada” de la Renta Garantizada que denuncia
como un anatema apocalíptico. Pomés es un populista venido arriba. Porque
mientras la crisis ha creado miles de pobres en Navarra, él ha callado como un
muerto. Pero ahora resucita como un profeta del miedo. Dice que mucha gente vivirá a costa de los altos impuestos sobre la
industria navarra. Que esa riqueza asustada
emigrará dejando un reguero de paro y decadencia. Curioso este hechicero
que trampea cuentas, datos e ideas. Pomés: los pobres no se fabrican. Son el
resultado de una economía segredadora de
la cual usted es arte y parte. Y ellos son rentistas, sí. Pero del heroísmo. Ver artículo en Diario de Noticias
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
Comentarios
Publicar un comentario