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¿ A cuánto está el cambio ?



No sé si esta columna se sostiene. La escribo de resaca  y sin saber cómo acabará la fiesta final. Pero parece que la derecha, esa que ha agitado el miedo como arma de destrucción masiva , que incluso ella misma se ha dado miedo al destapar sus intimidades más congeladas, está ya a las puertas del INEM solicitando el desempleo político. No sé si lo cobrará en dietas, en diferido o en especies. No sé tampoco como va a gestionar su más que probable desahucio institucional.   
Hoy, en este día después histórico, esa izquierda heterogénea,  variopinta, polivalente y aquejada de cierta artrosis mental durante la campaña, se enfrenta a una sobredosis de responsabilidad sin precedentes. Llega el cambio, el tiempo de la decencia. Eso espero. Pero eso  exige  pactar, hablar, ceder, negociar, mirarse a los ojos, a los bajos y aparcar  prioridades llenas de egos y vanidades. La izquierda ha ganado, sí. Pero ¿a cuanto está el cambio? ¿Qué debe hacer ahora esa izquierda para materializar el cambio?
La izquierda a la izquierda del socialismo centrista navarro, que deja de tener la llave envenenada de los pactos a traición, esa que ha ganado por los pelos, debe hacer caso a  la ciudadanía que ha apostado por el cambio más allá de las siglas. Esa izquierda tiene la obligación de oír el murmullo del cambio. No lo puede dudar. Y más allá de los beneficios e intereses de partido, apoyar un gobierno de consenso. Eso es posible. Lo pide la mayoría. 
Pero el UPN ha dejado un rastro apestoso. Esa izquierda presume de saber qué hacer con lo que hay debajo de las alfombras. Así que manos a la obra. Si la izquierda a la izquierda del socialismo centrista no se une para garantizar el cambio clamado y reclamado por la ciudadanía, servidor se borra de navarro. 













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