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El timo mental

Detrás de esta frase, de esta idea, de este pensamiento trampa, de esta manera de entender la realidad, la gestión de la vida, tu vida, la mía, detrás de esta venta de felicidad fraudulenta, de esfuerzo innocuo, detrás de esta empresa por hacernos responsables de nuestra vida, de nuestras propias soluciones en falso, como si no dependiéramos de nada ni de nadie, detrás de toda esta ficticia autoayuda, hay vidas en juego, miles de vidas y de malestares en juego, detrás de frases como esta hay, puede haber un suicidio. Porque me estás diciendo Maïté Issa, que todo está en mi mente. Y solo en mi mente. Como si mi débil yo tuviera todo el poder que el mundo me quita a diario. Y no, mi mente no funciona si no tengo cosas muy vitales más allá de esa panacea estúpida que proclamas, necesito un trabajo, una vivienda digna, un sueldo digno, un descanso reparador, una asociación, una libertad digna, amigos, amigas, tiempo del bueno, para vivir, para sentir, necesito seguridades, un buen médico, una buena psiquiatra, un buen centro de salud, calefacción para el frío y algo de frescor para el bochorno de mis días, necesito saber que alguien está ahí para echarme una mano, necesito un barrio que me acoja, cercano, a los vecinos, las vecinas, al tendero de la esquina, necesito un futuro que no esté torcido y todo lo que me falta y por lo que he llegado aquí. Y no, precisamente no quiero tu ayuda autovictimizadora e autoinculpatoria, no necesito una salida individual a mis problemas porque no lo son, mis demonios no son míos, son estructurales, son ese sindicato que me falta o esa legislación que me ayude, porque echarme la culpa de todo es precisamente lo me lleva a un callejón sin salida o peor. Ya me entienden. ¡ Por una política pública de salud mental ya ¡

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