Mientras juegan como niños, despectivos, maleducados, e incultos por cierto, como infantes aburridos en su propio tedio, en su propia autosatisfacción, mientras pasan de su compromiso, el de político honesto, juegan, juegan a ser como vástagos bastardos de su propia profesión, como lo que son tal vez, seres definidos como políticos inconscientes, alelados, imbéciles, pero además conjurados e impíos, indignos de sentarse donde se sientan. Mientras asesinan el sistema público de salud madrileño, juegan a las palabras con las que no saben jugar ni conjugar. Quizás están buscando qué significa solidaridad, o igualdad, o excelencia o universalidad. Pero lo dudo. A lo sumo les llega para reconciliarse con su propia miseria, la del impúdico profesional de la política transformada en negocio al servicio de intereses bastardos.
El blog de Paco Roda