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Mostrando entradas de marzo, 2018

"Marca Pamplona"

Quizás Hemingway hoy no vendría. Él, que ya en 1923 nos introdujo en la agenda internacional del turismo de masas.   Cuando en esta ciudad solo había toros en verano y curas en invierno. Y maderos todo el año, dijo alguien. Quizás ese trauma gris marengo nos haya marcado como ciudad tristona, sin estrategia de venta al por mayor, sin nada que ofrecer más allá de esas 204 horas en honor del santo que nos liberan para todo el año. Igual es porque no tenemos mar, ese mar que muchos imaginábamos inundando la Rochapea desde las murallas del Redín. Quizás por eso, para pamplonear el mundo mundial, este ayuntamiento ha impulsado la “Marca Pamplona”. Nos incorporamos así, avalados por el buen rollo ciudadanista, a la lista de ciudades neoliberales convertidas en ciudades-empresa. Ciudades rehenes de las economías poscapitalistas que dejan de ser    centros de producción y residenciales para convertirse en centros históricos terciarizados al servicio de los intereses   financieros de un

Ezequiel Orbalaiz, escritor rechazado

Inge Morath. Magnum "Nació en Bilbao en 1944. En 1966 completó una fluvial monografía sobre el Nilo, y tres años más después una fortuita historia de El Caso. No consiguió publicar ni una ni otra. A los editores que lo rechazaban les explicaba, sin éxito, que no  había querido defraudar a sus sujetos por sus atributos, destrozándolos con palabras que quisieran iluminarlos o con palabras que debieran justificarlos. Se consoló de aquellos rechazos con el siguiente titular: el privilegio de ser infravalorado. Abandonó el papel y la pluma, y envejeció tras las puertas de una autoescuela. Hasta donde yo sé, está todavía vicio mientras escribo" De "Doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos" de Eugenio Baroncelli. Editorial Periférica

Casquería

Cristina de Middel, Magnum  Imaginen por un momento que a las cuatro horas de conocerse el suicidio del preso Xabier Rey, ocurrido hace días en la cárcel de Puerto de Santa María, las radios, televisiones, redes sociales, periódicos, revistas y todo el establishment mediático comienzan a divulgar la noticia de su muerte. Empieza así un maratón de noticias, programas especiales y tertulias donde se desmenuzan las circunstancias de su encarcelamiento y fallecimiento. Hasta el estrangulamiento de la lógica.   Y se   analiza con precisión cirujana cómo vivió sus últimos años de prisión. Con quién hablaba, quién le veía, qué comía, a quien escribía, cómo eran sus vigilias, cómo era su celda,   cual fue su ultimo sueño, quién le vio por ultima vez. Imaginen esta inflación de noticias abriendo la cabecera de todos los telediarios y programas radiofónicos. Durante dos semanas. Imagínenlo. Ahora mediten sobre el impacto social y emocional de ese relato, el de las ultimas horas de un

Trincheras permanentes

Nikos Economopoulos. Magnun Hay libros que te hacen ir en busca de la caja de herramientas para arreglar las grietas por donde haces aguas. Este es uno de ellos. Un libro que cuando ves su título ya te cuestionas algo: Trincheras permanentes: intersecciones entre política y cuidados ”. Entonces piensas que en esas trincheras se esconde algo. Y luego te fijas en su portada. Pura provocación: El cuadro El Cuarto Estado popularizado por  Bernardo Bertolucci con la película Novecento . En esa portada un grupo de trabajadores avanza hacia nosotros de manera decidida. Al frente, el líder obrero acompañado por una mujer con un niño en brazos que parece implorarle: “Porque…¿llevar tú al crío un rato, no lo ves no?”             Leí de tirón las 186 páginas que cabalgan por territorios, ideas y situaciones conocidas, sí. Pero poco reconocidas. Más o menos la cuestión que Carolina León, su autora, nos viene a echar en cara es que sí, que militamos en partidos, asociacion

Contra el paro, Loracepam

Fotografía: Yves Klein Alprazolam, Loracepam o Diacepam forman parte de nuestras biografías hechas girones. Nos  esperan ahí, en medio de la noche, cuando los demonios bailan en medio del sueño. O cuando al salir de casa sentimos  que la vida es un montón de chatarra acumulada. Porque sin esas partículas de benzodiacepinas, muchos no arrancaríamos el día. Y es que pareciera que vivimos extraviados en nuestros propios laberintos. Como intentando responder a la exigencia de ese sujeto moderno en constante movimiento y requerimiento. No es de extrañar por tanto, que los centros de salud mental estén saturados. Que recojan tanto sufrimiento. Pero una visita a un centro de salud mental puede ser  más ilustrativa que un master de economía aplicada. Sobre todo si lo que queremos saber es  el impacto de las políticas de austeridad  y las nuevas formas de gobernanza diseñadas  por los laboratorios del neoliberalismo conductual. Se calcula que más del 30% de las consultas que

Eleanora Derenkowskaia, la mujer que murió dos veces

"Nacida en Kiev en 1917, a los cinco años fue empujada por el viento del pogromo hacia Nueva York, y allí, con la idea de morir, empezó por abreviarse el nombre: Eleanora se quedó en Maya y Derenkovskij en Deren. Murió por primera vez una tarde, en un deslumbrante cortometraje de catorce minutos. Dejó que la cámara, tras la cual había situado a su marido, la filmase en el acto de blandir un cuchillo indeciso, que, primero alzaba contra una  figura misteriosa que llevaba como mascara un espejo y, finalmente, acababa revolviéndose finalmente contra sí misma. Puesto que de las películas, que son sueños, no hubo certeza, aún murió una segunda vez, en 1961, de hemorragia cerebral. Atraída a Haití por otro misterio, el del vudú, rito del cual se había convertido hacía tiempo en entregada sacerdotisa."  De "doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos" de Eugenio Baroncelli. Ed Periférica

El parking

No nos engañemos, hacer el parking de Santo Domingo no es  una actuación de izquierdas. Pero si eso les da igual, les diré que tampoco es sostenible, ni rentable, salvo para quien lo haga, ni responde a  los proyectos que quieren amabilizar el barrio y poner a las personas en el centro de la ciudad. Porque  sitúa al coche en el centro del deseo y del espacio. Y por mucho aval que tenga, que tampoco es tanto porque representa al 8% de la población interesada, es cuestionable. Esa gente quiere tener un aparcamiento al lado de casa. Vale, pero eso es avalar el capitalismo del deseo y del consumo. Porque la ciudadanía busca soluciones a sus problemas en las mercancías y no en los procesos personales o políticos. Y si voy de izquierdas, algo debo cuestionar. Digo yo.  A lo que iba. Resulta asombroso que quienes se opusieron al parking de la Plaza del Castillo con uñas y dientes, hoy amanezcan amnésicos. Y que no nos preguntemos quién podrá pagar 14.000 euros por plaza en un barrio cu

Pierre Batcheff, el hombre que murió dos veces

La primera, y memorable, fue en una película, donde, rodeado de luces como un dios, disparaba a un fantástico pero irrefutable doble suyo con un libro-pistola. La película, El perro andaluz , trascendió más que él. La segunda, olvidada por la mayoría, fue en un baño del hotel Trianon de París, donde se cercenó la garganta con una previsible cuchilla un día antes del fin de la contienda. "Como un holocausto ofrecido a Moloch", comentó Dali, a quien la imaginación nunca le faltó. De "Doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos" de Eugenio Baroncelli. Ed Periférica

Anna Selina Storace

" Nació en Londres en 1765. Ojos claros, labios sutiles, cabello dorado, voz felina, conocida como Nancy, amó a un siglo hombre, Mozart, y muchos otros: Lorenzo da Ponte, cura libertino y delicado libretista que, probablemente en este orden, le abrió las puertas de su alcoba y la de los escenarios de Viena; Giovanni Battista Casti, clérigo sólo en los apellidos y poeta chismoso, con el que acabó en la cama por no acabar en uno de sus venenosos epigramas; John Braham, joven tenor, que le dio un hijo; Lady Emma Lyon Hamilton, quien realmente hombre bno fue y que le fue presentada por el almirante Horatio Nelson, su amante. La noche del 5 de diciembre de 1791, mientras Wolfgang (Mozart por supuesto) moría en Viena, ella sufrió un derrame cerebral, del cual se recuperó con el único fin de no olvidarlo nunca. Todavía canto durante veinte años más. Murió en Londres el 24 de agosto de 1817" De "Doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos" Eugenio Baroncell