Desde hace años dedico una columna a los Sanfermines. Siempre quiero que sea la ultima. Porque es muy ingrato ser un aguafiestas. Y porque en el ADN pamplonés está escrita la inmunidad del santo. Y es que, de esta fiesta colaboracionista y despolitizada solo quedan los restos del despiece y una memoria de saldo. Los Sanfermines son, hoy por hoy, con la colaboración de todos: colectivos, peñas, ayuntamientos de derecha e izquierda, instituciones, grupos de presión, hostelería, medios de comunicación y otros agentes tangibles e intangibles, una fiesta capitalista de primer orden. Y en ella no hay presunción de culpa alguna. Así que de una fiesta sin igual hemos pasado a una marca sin igual. Y todos batiendo palmas. Pero el precio es la precarización de miles trabajadores al servicio de la fiesta, la exclusión de muchos ciudadanos de la misma y el exilio forzoso de miles de ellos. Además de generar un terrorismo inmobiliario y una gentrificación homeopática del casco viejo sin
El blog de Paco Roda