Según fuentes de la Dirección
General de Trafico, en una semana, la Guardia Civil de Tráfico ha detectado más de 2000 positivos en alcohol y drogas. En una semana. Eso quiere decir que, en un
mes la cifra alcanzaría 8500. En un mes. Y en un año, según estas cifras y
progresiones, llegaríamos a los 92.500
positivos en alcohol y drogas. Esto teniendo en cuenta que la Guardia Civil puede detectar, en el mejor de los casos, a un tercio de los potenciales infractores. A esa gente que va puesta hasta las trancas. Un tercio. Y ya es mucho pillar. Según esta estimación, que me corrija la Guardia Civil, en un año pueden circular por las carreteras españolas casi 276.000 personas
puestas hasta arriba de alcohol y drogas. Muchos y muchas, verdaderos asesinos de la carretera y suicidas renegados del presente. Esta es la realidad de un país
a la deriva. No por el consumo. Allá cada cual cómo juega con su vida. Sino por las causas que nos llevan a
esta locura que genera miles de muertos en las carreteras. En un país de
amplias mayorías que viven en la precariedad y la pobreza, el desempleo y el maltrabajo, la soledad, la inseguridad, la locura, la mala
salud, física y mental, el abandono, la violencia, la insatisfacción y la virtualidad de una vida en la que no hay nada a la vuelta de la esquina. Solo un caos de satisfacción bastarda renegada del futuro. Entonces solo queda beber o ponerse hasta las trancas de cualquier cosa. Para retarle a Mariano y
su buena marcha del negocio España.
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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