Unos amigos me regalaron el otro día esta joya del cómic. Maus es la historia de un superviviente de Auschwitz, Vladek Spiegelman narrada a su hijo Art, el autor del libro. Pero además, en Maus el autor también realiza un retrato de su padre en la actualidad (en el momento en que se entrevista con él para que le relate sus recuerdos de la guerra) así como de su difícil y tensa relación con él. En Maus, Spiegelman va más allá del Holocausto para instalarse en la psicología del superviviente en un intento de deshacer la maraña de su relación paterno-filial, de la sombra de una madre suicida y del fantasma de un hermano santificado al que nunca conoció. Hay que mencionar que en Maus los personajes se nos muestran con rasgos faciales de animales, característica que se usa con fines narrativos; así, por ejemplo, los judíos son presentados ratones, mientras que los nazis como gatos. (Texto adaptado del dossier de prensa de la editorial)
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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