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Mostrando entradas de junio, 2013

Me preocupa demostrar mi inocencia

Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra, de Unión del Pueblo Navarro, una canongía disfrazada de regionalismo casposo del PP ha dicho esto: me preocupa demostrar mi inocencia . Por aquello de que en este momento está imputada en un caso de corrupción por el cobro de dietas indebidas de la antigua Caja Navarra. A mi no, a mi no me preocuparía demostrar mi inocencia. Y es que si me preocupase, como a ella,  es señal de  que la estoy poniendo  en entredicho. Que  dudo mi mismo. La Presidenta  se acusa sola o lo que es lo mismo, excusatio non petita accusatio manifesta . Y es que  hay cosas que conviene recordar. Ella, sola y en compañía, repitió hasta el hartazgo que a la gente de Batasuna, de Sortu o de las sucesivas marcas abertzales, no les bastaba proclamar su inocencia. Había que probarla a sangre y fuego, demostrarla pasando por el juzgado de guardia de la moral y arrepentimiento como dios manda. A la izquierda abertzale se les denegó - y todavía se les niega-  toda

Una de PTVs ( de Pamplona de Toda la Vida)

Todo un clásico Alrededor de   las cinco de la mañana del 7 de julio de 1953, María Iturbide, de veintitrés años,   se puso de parto. Vivía en la calle Estafeta junto a su   esposo Fermín quien,   tras una noche agitada,   se puso nervioso. Tenía dos razones para ello. Iba a ser padre por primera vez y había decidido correr el encierro. Los toros eran de Salvador Guardiola y venían con mala fama. Así que Fermín se encomendó al santo y le propuso un pacto entre caballeros. El corría y el santo se encargaba de acelerar el alumbramiento antes de las siete de la mañana, la hora de esa carrera contra el miedo donde   uno sublima las ilusiones difuntas. Así fue. A las 6,30 María parió un niño en una alcoba que daba a un balcón de la calle Estafeta. Entonces, Fermín se ató las zapatillas y se encomendó de nuevo a su cómplice. La carrera duró para él apenas minuto y medio. Y en ese tiempo infinito se juró que nunca más volvería a correr. Sesenta años después, aquel niño que nació de madru

Sorpasso a la navarra

La prensa de la ciudad donde vivo, dice hoy que el gobierno de UPN, un sucedáneo de la derecha rajoyana disfrazada de regionalismo devaluado en Navarra, está de capa caída. Una encuesta asegura un sorpasso a la navarra. Vamos, un vuelco emocional de gran magnitud para la sempiterna estabilidad navarra dominada por el rancio regionalismo foral. El sorpasso , término italiano, se refiere históricamente a la posibilidad que tuvo el Partido Comunista Italiano de superar en las urnas a la Democracia Cristina y éste accediese a  gobernar la república Italiana.  Pues bien, parece, según esta encuesta, que UPN podría ser desplazado del poder en beneficio de la izquierda social y abertzale , quienes hoy gozan, según la encuesta,  de mayor confianza. Me gustaría que esto fuera cierto. No tanto por quienes nos pudieran gobernar, sino por imaginar una Navarra diferente, de estilos diferentes y sobre todo con un porvenir diferente. Porque pareciera que aquí el tiempo se ha acabado hace tie

José Ovejero y su invención del amor

Me cuesta, si un libro viene precedido del bombo y platillo de la crítica, arrasando en toda la prensa cultural y encima con un premio debajo del brazo, me cuesta abordarlo desde la serenidad de algo que quiero me resulte sorprendente. Y me cuesta dejarme atrapar. Pero, a veces, me puede el morbo de esa publicidad  y caigo. Muchas veces, especialmente con los premios franceses, me he jurado no volver a hacer caso de esas proclamas triunfalistas. En este caso no me arrepiento de nada. Leí en su día Escritores delincuentes del autor que les sugiero, José Ovejero. Ahora con La invención del amor , premio Alfaguara de novela 2013, Ovejero se mete en un territorio tan manido que resulta, como él dice, devaluado. Pero no defrauda. Ovejero reflexiona sobre el amor y dice que es "una moneda tan usada que ha perdido el relieve, de manera que se puede acariciar entre los dedos sin percibir imagen alguna; una moneda que no me atrevería a dar en pago por miedo a ser mirado como un estafa

Aquella ciudad

                                                           Aquella ciudad había vivido de las rentas de un pasado glorioso. En tiempos fue noble, ilustre, leal y no sé cuantas cosas más. Con   esos títulos se comió el mundo y durante algún tiempo se lo puso por montera. Además, por azares de la historia, por su atesorado provincianismo, amor propio   y buena estrella aliada con el destino en lo universal, estaba muy bien considerada en el ranking de ciudades modelo. Lo tenía todo porque en tiempos fue próspera: buena gente, cabezas ilustres, creatividad, rebeldía, naturaleza, ingenio, riqueza, trabajo, mano de obra importada y una ingente cantidad de recursos para ser bien gestionada. En fin, una privilegiada. Y de eso presumió durante tiempo hasta que su conciencia pesó tanto que se convirtió en un atentado contra el tiempo. Presumió de  ser la primera en calidad de vida, en renta per capita, en servicios, en zonas verdes, en habitabilidad, en solidaridad, en pisci