Me cuesta, si un libro viene precedido del bombo y platillo de la crítica, arrasando en toda la prensa cultural y encima con un premio debajo del brazo, me cuesta abordarlo desde la serenidad de algo que quiero me resulte sorprendente. Y me cuesta dejarme atrapar. Pero, a veces, me puede el morbo de esa publicidad y caigo. Muchas veces, especialmente con los premios franceses, me he jurado no volver a hacer caso de esas proclamas triunfalistas. En este caso no me arrepiento de nada. Leí en su día Escritores delincuentes del autor que les sugiero, José Ovejero. Ahora con La invención del amor, premio Alfaguara de novela 2013, Ovejero se mete en un territorio tan manido que resulta, como él dice, devaluado. Pero no defrauda. Ovejero reflexiona sobre el amor y dice que es "una moneda tan usada que ha perdido el relieve, de manera que se puede acariciar entre los dedos sin percibir imagen alguna; una moneda que no me atrevería a dar en pago por miedo a ser mirado como un estafador" (pag. 96); sin embargo articula un texto complejo, entre luces y sombras, como las vidas llamadas a ser contadas, varios planos y sobre todos jugando con realidades ficcionadas o ficciones que se la juegan en la tabla rasa de la realidad. Ovejero sabe de qué habla. Porque llega a territorios que solo quien ha vivido el amor, lo vive o lo malvive, conoce. Si solo fuera eso, pues más de lo mismo, neorealismo posmodernista y se acabó. Pero va más allá. Mucho más allá
http://www.alfaguara.com/es/noticia/el-escritor-jose-ovejero-gana-el-premio-alfaguara-de-novela-2013/
Lo leeré muy pronto. Abrazos, Paco.
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